Escuela Invernal. (Jelsa)

Capítulo uno: El día en que te conocí.

[ Narra Elsa. ]

Por fin el tan esperado día llegó, el coche se detuvo enfrente de la enorme entrada de ese grupo de edificios donde había uno central, en el cual se darían las clases, salí del coche decidida, mi hermana que me acompañó hasta el lugar, salió y caminó a mi encuentro, abrazándome fuerte y con lágrimas en los ojos, cosa que también las provocó en mi.

- Elsa ¿Seguro podrás? Sabes que te echaré mucho de menos. -

- Claro Anna, soy mayor que tú y te comportas como madre. -

Ambas nos reímos como tontas, realmente si me recordó a ella. Cuando era más pequeña y aún seguía viva, solía despedirse mínimo 3 veces antes de dejarme en la escuela y mírame ahora, mi hermana pequeña comportándose como tal.

Miré el reloj de pulsera que llevaba, quedaba poco más de media hora para que empezaran las pruebas de ingreso para ser colocados por rangos así que, de forma rápida, e insistente por parte de mi hermana, tomé las maletas y me dirigí por fin al edificio central, el murmullo de los estudiantes golpeó mi rostro, era sofocante y muy ruidoso, pero lo ignoré por completo.

Me acerqué a una de las ventanillas de información para pedir ayuda con el equipaje y de paso para ubicarme para donde debía ir para la prueba. Una trajeada secretaría me atendió formalmente y me indicó como encontrar la sala de actos, que esta se encontraba en el patio de atrás del edificio.

Una vez allí pude admirar cuanta gente había y una impensable vergüenza recorrió mi cuerpo, tragué saliva, tratando de relajarme, sin mucho éxito, y me senté en las gradas indicadas para los que iban a pasar la prueba para ser colocados en rangos, aguardando mi turno impaciente. Aquél día no había muchas personas a parte de mí que tuviesen que pasar esa prueba, pues pocas excepciones aceptaban después de haber empezado el curso.

Sumida en mis pensamientos cuando me llamaron por un altavoz, cosa que me sobresaltó pues no se encontraba precisamente lejos de mi, y subí al pequeño escenario para que todo empezara.

- Mi nombre es Elsa Arendelle, y puedo controlar el hielo, al igual que la nieve. -

- Muy bien, Señorita Arendelle, demuestre-nos que sabe hacer. -

Suspiré ligeramente, casi notable mi creciente nerviosismo, con miedo de no hacerlo bien pero me armé de valor, apreté los puños un poco para darme fuerza a mi misma y moví las manos, entre ellas se formó una bola de nieve que estalló en pedazos una vez ser lanzada al aire, provocando de nevara en todo el área del recinto.

Los murmullos de la gente emocionada me dio ánimos de seguir a pesar de que los jueces no parecieron ni inmutarse del hecho que acababa de provocar, nuevamente, creé otra bola pero esta vez de hielo para moldearla y crear una maqueta de pequeña escala del recinto, con sus respectivos edificios, patios y valla.

Esta vez, los jueces parecieron algo sorprendidos, pero eso no acababa ahí, con hielo, empecé a darle vida a unas esculturas, hechas del mismo hielo, de animales como gatos, perros, pájaros, incluso ciervos.

Eso hizo estallar el público entre gritos de emoción y me giré a ver a los jueces, que tenían cara de pasmarotes, sin duda alguna sorprendidos, y aplaudieron, a signo de finalización del acto.

- Magnifico, Señorita Arendelle, la pondremos en el rango 6, tendrá que pasar por información a buscar su nuevo horario de clases. Por hoy, tiene el día libre. -

[ Narra Jack. ]

Ahí estaba yo, solitario, sentado en las gradas, como si nadie me viese, apartado de todo y todos, estábamos por obligación a ver las actuaciones de los nuevos ingresados pero no me resigné (del todo) a ver tal cosa, pues así no había que soportar a los profesores.

Nada ni nadie me llamaba la atención hasta la chica rubia, la última en actuar. Era como yo, o así lo creía, pues también usaba las misma habilidades, ver la nieve caer me hizo ilusionarme, en eso que noté un pequeño nerviosismo dentro de mi que no sabía que tenía.

Acto seguido, creó una maqueta del recinto, cosa que no sorprendió mucho pero lo siguiente que hizo provocó gritos eufóricos en el público, animales de hielo correteaban por todos lados hasta desaparecer en la lejanía, pero lo que más me sorprendió es que ella fuese a estar en la misma aula que yo, quizá tendría la oportunidad de tener por fin una amiga.

Todos volvimos a nuestras aulas, todos menos yo, que me quedé deambulando por la escuela cuando, en un giro en la esquina, topé con alguien, y de la mala suerte, no podía ser otra que ella.

- P-Perdón, no miré por donde iba. -

- No te preocupes, no es tu culpa, estaba sumido en mis pensamientos, ¿Eres la nueva cierto? Soy Jack, tu próximo compañero de clase. -

"¿Esas palabras salieron de mi sin tartamudear? Vaya, soy más atrevido de lo que pensaba, punto para mi."

Pensé en mis adentros. Ella pareció desconfiada, quizá demasiada información de golpe y mi nerviosismo volvió, maldecí en voz susurrante, casi inaudible.

- Así es... Encantada Jack, soy Elsa, aún que supongo que ya lo sabrás. -

- Si, bueno, ya que eres nueva, me preguntaba si... -

Un ligero temblor se provocó en mi labio, así que hice una pequeña pausa para no tartamudear, tragando saliva para luego continuar con lo que decía.

- Me preguntaba si quisieras que te enseñara el recinto. -

Quizá fue mi imaginación pero me pareció ver en sus pómulos un atisbo de sonrojo, al igual que en sus labios se formó una pequeña sonrisa, todo eso hizo que mi corazón se acelerara, simplemente hermosa.

- Sería todo un honor, Jack, me serías de muy gran ayuda. -

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Hola holita vecinito. (?)
Bueno, aquí les dejo el primer capítulo de lo que sería el fic.
Es mi primer fic así que agradecería cualquier tipo de crítica constructiva o destructiva, para así mejorar poco a poco, no sean crueles, yo los quiero. (?)
No sé que más decir.
Trataré de subir por lo mínimo un capítulo a la semana.
Bye-ni.~