Llovía fuera, y hacía frío, no podía pensar en nada más que en su mujer y su hija. Pero al mismo tiempo, la rabia le inundaba desde lo más profundo de su ser y le impedía actuar con claridad.
Más abajo, al lado del acantilado, encontró una pequeña cabaña, se acercó y llamó a la puerta.
-¿Quien es?-se oyó desde dentro.
La puerta se abrió y se asomó un hombre de estatura mediana y con signos de que trabajaba en el campo, incluso dejaba al descubierto unas ojeras, fruto del trabajo que hacía en el campo no le daba mucho tiempo de descanso.
-Buenas noches, no tengo donde dormir y me preguntaba si me dejaría hospedarme en su casa esta noche.-El hombre no tardó mucho en darle una respuesta, y accedió. Psaron los dos dentro, donde hacía una temperatura agradable. Nada comparable con el frio que hacía fuera.
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El asesino
HororTras diez largos años en la cárcel, un hombre vuelve al pueblo, con la mayor penuria y rabia que se pueda imaginar, dispuesto a hacer lo que sea por vengar la muerte de su mujer y su hija. Éstas murieron en un incendio provocado en su casa por unos...