Cap1:El inicio de los nuevos elegidos

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Hadas, personas elegidas para manejar los nueve dominios: Fuego, agua, electricidad, luz, flora, viento, magia, telequinesis y el más poderoso de todos: la melodía; con el que se transmite todo tipo de sentimientos y emociones, el único de los dominios capas aumentar o disminuir poder, de destruir o transformar al enemigo. Una navaja de doble filo que puede ser usado tanto para el bien como para el mal.
Siglos atrás ocurrió una guerra, donde hadas tuvieron que luchar arduamente contra el más poderoso de los enemigos: la iniquidad, seres perversos que buscan el poder y la dictadura de los pueblos.
Aquella guerra duró años donde muchas personas murieron, tanto combatientes como civiles, y de tantas batallas... lograron acabar con la iniquidad, pero con ello se llevo la extinción de toda una generación del dominio melodía. Desde aquel entonces las entidades responsables de los pueblos decidieron que este acontecimiento quedara como una simple leyenda, las hadas que poseían aquellos dominios, tuvieron que adoptar una vida oprimiendo esos poderes y ocultandolo al resto de su generación naciente; el término hada quedó como seres de luz que exclusivamente se dedicaban a cuidar de la naturaleza.
Ahora en la época actual, donde la mayoría de los pueblos se transformaron en ciudades y las personas utilizan autos o motos en vez de carrozas.
-Hasta luego papá-dijo un muchacho de ojos celestes, piel clara y de contextura delgada mientras salía de su casa-, dile a mamá que llegaré tarde hoy-se hecho a correr.
En el camino se encontró con su buen y mejor amigo Neil.
Neil era un muchacho moreno con cabellera negra semilarga amarrada en un cola baja, sus ojos eran color cafe y tenía un físico envidiable, además de ser guapo.
-Corre Luh-dijo Neil mientras empezaba a correr-llegaremos tarde al entrenamiento.
Tras correr unas cuantas cuadras llegaron a la cancha de entrenamiento, donde todos ya estaban formados en líneas horizontales.
-García y Jurado, otra vez llegaron tarde-dijo el entrenador serio cruzando sus brazos.
-Lo sentimos entrenador-se disculparon al unisono acomodándose en las filas.
-Como castigo de su impuntualidad darán dos vueltas extras y limpiarán el almacén. ¿Quedó claro?-Luh y Neil asistieron-, ahora empiecen a trotar-toca el silbato y todos los alumnos se ponen en marcha.

(***)

-Creo que ahora si se pasó el entrenador-se quejó Neil mientras limpiaba unos trofeos-, otros llegan todos los días tarde y nosotros sólo llegamos dos veces y ¡con quince de retraso!
-Puede que tengas razón-le respondió moviendo una caja-, pero debe de tener sus razones.-alza otra caja-, aunque debo admitir que este lugar no ha sido limpiado en meses.-camina hasta una de las esquinas que se encontraba el resto de cajas.
-Por lo menos ya hemos acabado-habló Neil para después mirar su reloj-, todavía tenemos tiempo, que tal si vamos a patinar un rato.
-Me parece bien.
Ambos amigos salieron de la cancha y se dirigieron por un sendero que abundaba la vegetación.
-Es raro volver a caminar por aquí-confesó Luh nostálgico.
-Si... recuerdo que nos escondiamos con mi hermana para ver si de verdad existían las hadas.
-Eran buenos tiempos-suspira-; si seguimos caminando de este modo no llegaremos a la pista de patinaje.
-Tienes razón.
Así ambos chicos se echaron a correr hasta llegar al lugar. Una vez ahí, sacaron sus patinetas y empezaron a hacer acrobacias. Luego de unas horas decidieron volver a casa, y en el camino se toparon con un anciano que llevaba unas bolsas muy pesadas.
-¿Podrían ayudarme a llevar estas bolsas a la casa de allá?-les preguntó el anciano señalando una casa rustica de dos pisos cruzando la intercepción de la calle, ambos jóvenes asintieron y alzaron las bolsas.
Una vez que llegaron a la casa, el anciano les invitó a pasar para que dejaran las bolsas y darles una pequeña bonificación por su hospitalidad.
-Tengan-les entregó unos sobres-, muchas gracias por la ayuda.
-Siempre que podemos ayudamos señor-contestó Luh amablemente.
-Son de corazón puro-habló el señor-, es muy difícil encontrar gente así-se voltea y camina hacia un estante donde saca un libro grande y grueso de color rojo-Cuenta una leyenda, que existieron nueve guerreros elegido para portar los nueve dominios: Fuego, agua, electricidad, luz, flora, viento, magia, telequinesis y melodía-hizo una pausa y abre la primera página del libro.

HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora