Ella soñaba con unos ojos azules
Íntimos y embriagantes que le recordaran el cielo
No como el azul del mar, porque ella detestaba el agua, la ahogaba, la asfixiaba.
En cambio el cielo,
¡Ah! El cielo, tan puro, con un aire tan fresco, tan grande, tan vivo.
Pero no habían ojos azules, no habían ojos, no había agua, no había aire, no había...
Nada.
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Las palabras se deshojan como las flores.
Короткий рассказFuera, por la ventana, las estaciones cambiaban. Una muchacha se sentaba en el borde de ella todos los días y veía la gente pasar. Pero la gente sumida entre sus pensamientos, sus problemas y sus letargos, no sonreía. Y ella tampoco.