CAPITULO 6

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Hago tal cual ella me lo dijo. La conversación por teléfono fue un tanto extraña. Era una voz de hombre.

- Como es su nombre?

- Em...hola. Soy Micol.

- Oh. Ya contactaremos a los demás quédese tranquila...

- Quiero que me expliquen que sucede

- No interrumpas cuando hablo. Ve donde la Princesa Negra, ella te guiara.

- No sé dónde es.

- Use su cabeza señorita.

- Pero..... – corto la llamada. "no interrumpas" "no seas maleducado".

¿Quién es la Princesa Negra?

GOOGLE. Gracias Dios por algo tan útil como google.

Después de investigar dos horas me decidí en llamar a Anahí y preguntarle quien era la Princesa Negra y me dijo que mañana me iba a mostrar una foto de ella que está en su casa.

Como no tenía nada más que hacer me acosté.

Con tantas cosas en la mente no pude ni pegar un ojo en toda la noche. Así que para ganar tiempo hice la tarea para mañana.

La tarea de física.

De matemáticas.

De lenguas.

De... todas las materias.

A la mañana siguiente todos me miraban raro. Deben ser las ojeras, pensé. Soy muy blanca. Pero no ese blanco muerto. Un blanco más rosado, que parece que al verlo da vida. O eso dice mi abuela. La cuestión es que se nota muchísimo si tengo ojeras.

Al bajar del auto veo a Anahí asiéndome señas con las manos. Me acerco, me abraza y susurra – es seguro, te cuidaremos, confía en mí- me empuja dentro de un auto, siento algo punzante en el brazo y siento como pasa un líquido por mis venas. No duele pero veo todo diferente como más blanco, más puro. Más blanco. Y más blanco. Y mucho más blanco. Es tan fuerte que cierro los ojos y me duermo.


Perfectamente ImperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora