CAPITULO 3

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La semana transcurrió increíblemente rápido, después de aquella discusión el profesor no se atrevió a volverle a hablar, ni siquiera la miraba, era como si ella no existiera en su universo, lo cual le alegraba, ya que estaba empezando a odiarlo. Todo sentimiento de atracción que sentía sobre el desapareció o eso creía, y era mejor creerlo, ella no quería lastimarse con un hombre tan tosco como el.

Cuando finalizaron las clases ella no se dirigio a limpiar el tablero del profesor ya que este se habia enterado que ella no era la culpable del papel y muy avergonzado le pidió que no regresara. Cuando estuvo descansando por fin en su casa, recibió una llamada de un numero desconocido.

-¿Hola? – pregunto ella.

-Abby, vieja abby aun suenas como tu. – escucho la voz masculina.

-¿Con quien hablo? ¿Quién te crees para llamarme vieja? – se quejó ella.

-¿no me reconoces la voz? Soy Adrian... - ella sorprendida soltó un gritito.

-¡ADRIAN! Oh por Dios... ¿Cómo has estado? – pregunto ella muy feliz.

-No tengo tiempo para esto, ¡Encontrémonos mañana! ¿si? Mañana te cuento todo. – dijo el.

- Oh Dios mío... Regresaste, ¡Regresaste! – grito ella dichosa.

-Si, si, lo se, sé que estas muy feliz por tener a tu buen mozo de amigo aquí otra ves. – se escucho un tono de sarcasmo en su voz.

-Fantastico. Entonces mañana ¿me recoges? – pregunto ella.

-Por supuesto ¿Aun sigues viviendo en el mismo lugar?.

-Si, por supuesto.

-Excelente, entonces... nos vemos mañana pequeña angel.

Ella estaba demasiado emocionada después de esa llamada, literalmente brinco de la silla, bailo mucho y luego se sentó otra vez. Adrián era su amigo de la infancia y media adolescencia, siempre habia sido un poco raro pero eso le encantaba, el era tan animoso que ella se contagiaba.

Antes de dormir otra vez recordó a Adrián, él estaba de regreso y era demasiado bueno para ser cierto.

-Por Dios... Adrián está de regreso, no lo puedo creer. – Comenzó a reír como una tonta recordando todos los buenos momentos que paso junto a el y luego sin darse cuenta se durmió.

La mañana habia transcurrido tan pronto que Adrian ya se encontraba en la puerta de la casa de ella.

-¡ADRIAN! – grito ella corriendo a los brazos de el – Estas tan guapo, Dios mio... no lo puedo creer... enserio – el solo se reia.

-Lo se, lo se, mi guapura es sobrehumana – comento el con una sonrisa picara.

Ella se acerco y le toco los cachetes, luego la nariz y por ultimo el cabello.

-Vaya... en verdad estas aquí.

El comenzó a reírse al ver la cara desorientada de Abby.

- ¿quieres ir por un helado? – pregunto el guiñándole el ojo.

-Por supuesto.

Ambos caminaron y entraron a la primera heladería que vieron, se pusieron al día después de tanto tiempo. Rieron tanto que a ella le dio un ligero dolor de estómago. Despues de tanto charlar ella tuvo un ligero recuerdo de el hermano de su amigo Adrian.

-Adrián ¿Cómo esta tu hermano? – preguntó ella ruborizándose un poco.

-El idiota ese esta viviendo solo – Dijo el despreocupado.

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⏰ Última actualización: Sep 17, 2015 ⏰

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