La semana transcurrió increíblemente rápido, después de aquella discusión el profesor no se atrevió a volverle a hablar, ni siquiera la miraba, era como si ella no existiera en su universo, lo cual le alegraba, ya que estaba empezando a odiarlo. Todo sentimiento de atracción que sentía sobre el desapareció o eso creía, y era mejor creerlo, ella no quería lastimarse con un hombre tan tosco como el.
Cuando finalizaron las clases ella no se dirigio a limpiar el tablero del profesor ya que este se habia enterado que ella no era la culpable del papel y muy avergonzado le pidió que no regresara. Cuando estuvo descansando por fin en su casa, recibió una llamada de un numero desconocido.
-¿Hola? – pregunto ella.
-Abby, vieja abby aun suenas como tu. – escucho la voz masculina.
-¿Con quien hablo? ¿Quién te crees para llamarme vieja? – se quejó ella.
-¿no me reconoces la voz? Soy Adrian... - ella sorprendida soltó un gritito.
-¡ADRIAN! Oh por Dios... ¿Cómo has estado? – pregunto ella muy feliz.
-No tengo tiempo para esto, ¡Encontrémonos mañana! ¿si? Mañana te cuento todo. – dijo el.
- Oh Dios mío... Regresaste, ¡Regresaste! – grito ella dichosa.
-Si, si, lo se, sé que estas muy feliz por tener a tu buen mozo de amigo aquí otra ves. – se escucho un tono de sarcasmo en su voz.
-Fantastico. Entonces mañana ¿me recoges? – pregunto ella.
-Por supuesto ¿Aun sigues viviendo en el mismo lugar?.
-Si, por supuesto.
-Excelente, entonces... nos vemos mañana pequeña angel.
Ella estaba demasiado emocionada después de esa llamada, literalmente brinco de la silla, bailo mucho y luego se sentó otra vez. Adrián era su amigo de la infancia y media adolescencia, siempre habia sido un poco raro pero eso le encantaba, el era tan animoso que ella se contagiaba.
Antes de dormir otra vez recordó a Adrián, él estaba de regreso y era demasiado bueno para ser cierto.
-Por Dios... Adrián está de regreso, no lo puedo creer. – Comenzó a reír como una tonta recordando todos los buenos momentos que paso junto a el y luego sin darse cuenta se durmió.
La mañana habia transcurrido tan pronto que Adrian ya se encontraba en la puerta de la casa de ella.
-¡ADRIAN! – grito ella corriendo a los brazos de el – Estas tan guapo, Dios mio... no lo puedo creer... enserio – el solo se reia.
-Lo se, lo se, mi guapura es sobrehumana – comento el con una sonrisa picara.
Ella se acerco y le toco los cachetes, luego la nariz y por ultimo el cabello.
-Vaya... en verdad estas aquí.
El comenzó a reírse al ver la cara desorientada de Abby.
- ¿quieres ir por un helado? – pregunto el guiñándole el ojo.
-Por supuesto.
Ambos caminaron y entraron a la primera heladería que vieron, se pusieron al día después de tanto tiempo. Rieron tanto que a ella le dio un ligero dolor de estómago. Despues de tanto charlar ella tuvo un ligero recuerdo de el hermano de su amigo Adrian.
-Adrián ¿Cómo esta tu hermano? – preguntó ella ruborizándose un poco.
-El idiota ese esta viviendo solo – Dijo el despreocupado.
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PROHIBIDO
Romancela vida universitaria no es para nada sencilla y mucho menos si vives sola a los 24 años con tu madre que padece una enfermedad terminal como lo es el cáncer de pulmón. Aun así Abigail Johnson se las ha arreglado para sobrevivir las adversidades que...