Parte 2 UN NOMBRE PARA CADA UNO

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Ante un nuevo día, Emperatriz se despierta y se levanta con cuidado para poder comenzar su nueva rutina. Toma a cada uno de sus hijos y procede a la tarea de limpiarlos. Estando ya limpios, todos se acomodan en el primer lugar libre de su comedor particular para alimentarse. Ella solo los contempla, pero de vez en cuando pone orden entre ellos, ya que ¡arman cada bochinche!.

Es un cuadro muy conmovedor observarlos totalmente rendidos luego de tremendo desayuno. Y es que, estos cinco peluditos tienen algo en común, comen hasta que ya no pueden más. Luego de un rato empiezan a moverse, pero muy lento, ya que tienen pocas semanas de nacido y van teniendo contacto entre sí, a conocerse. Existen tres de ellos que, sienten una conexión especial, los cuales con en el pasar de las siguientes semanas ya habrán de formar un grupo especial.

Ya con más de seis semanas de nacidos, aquella voz melodiosa que siempre llama a la elegante madre a comer, comienza a murmurar y combinar algunos nombres, pero además también se nota que tras cada descripción aparece el nombre definitivo de cada uno. Comienza por Salomón, el cual se destaca por ser más prudente en sus movimientos y también el más paciente cuando llega la hora de comer. Así que, toma a Salomón y le coloca un collar de color verde. Seguidamente toma otro de los peluditos y, detallándolo bien, le pone el nombre de Monín y un collar de color rojo, ya que le parece toda una ternurita. Sólo falta colocarle nombre a ustedes tres, dice en voz tierna al grupo inseparable de los tres hermanos, y de inmediato toma a las dos hermanitas y les pone Lina y Luna por pura rima, y por supuesto también les coloca un collar a cada una de color rosa y morado, respectivamente. Queda entonces, el tercer integrante de ese grupo especial y, como siempre se duerme con las patitas extendidas, le puso por nombre Toto y un collar de color azul. Es así, como ahora el grupo especial se llama Lina, Luna y Toto.

Antes de retirarse aquella mujer de voz melodiosa, toma a todos los peluditos y los coloca en la cama de Esmeralda para que ella los pueda alimentar y, mientras los acomoda su voz se nota un poco quebrantada mientras les decía: "ternuritas mañana será un día muy especial para ustedes, tendrán nueva casa y nueva familia". Todos la miraban con unos ojitos muy tiernos y antes de romper a llorar por tan irresistibles miradas, sacudió un poco su cara mientras sus dedos paseaban por sus ojos y sus pies la sacaban de la habitación. ¡Mañana, cuando llegue mañana! ... Veremos que pasa.


LINA, LUNA Y TOTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora