Capítulo 1

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Todo es cosa del destino...

Eso siempre dicen, pero jamás creí en una frase tan cliché porque el destino no está ya trazado, uno va creando su propio destino y lo que sucede es consecuencia de nuestras acciones. Si decido comer pescado en lugar de asado y muero por un hueso, no es cosa del destino... Es porque comí muy apurada y olvidé de masticar bien antes de tragar.

Lo sé, es un ejemplo muy rebuscado pero es una historia de vida... Ha pasado y no podemos culpar con el clásico "Su muerte ya estaba marcada". Pero ese no es el caso, porque después de todo... Llegué a pensar en un momento que el destino existía y que todo eso fue producto de una fuerza mayor y... ¿Divina?

Imaginen esto, un hombre debe mudarse a Seúl para trabajar en una de las empresas de entretenimiento más grandes de Corea, SM... Por lo que era obligación trasladarnos si queríamos esta oportunidad de cambiar nuestra vida.

Fue difícil adaptarnos, el idioma, la cultura y lo que más nos preocupaba... ¿Cómo verían a una familia latina? Yo tenía 14 años y estaba en plena etapa de adolescencia, rebeldía y granos por lo que pueden imaginarse cómo tomé la noticia de irme a un país donde tendría que empezar todo de cero, pero no tenía de otra más que aceptar con la mejor actitud posible.

Como los papeles para poder inscribirme a la preparatoria aun no estaban listos, no podía continuar con mis estudios. Para muchos eso sería una bendición, pero no para mí ya que no tenía amigos, no manejaba bien el idioma y no salía mucho. Por lo que pasaba mis días jugando vídeo juegos y estudiando por mi cuenta, igual nunca fui muy sociable.

Hasta que mi padre me ofreció que lo acompañara al trabajo, ya había hablado con el jefe y éste accedió a que lo ayudara, para mejorar mi pronunciación y ya de paso poder dar mis primeros pasos en la industria del entretenimiento. De tal palo, tal astilla.

Aún recuerdo cuando le encomendaron a papá el trabajo de reunir a los seleccionados para formar un nuevo grupo de chicos, que después se convertirían en una de las bandas más importante de Corea y de SM. No puedo evitar reír cuando recuerdo el nombre que habían pensado... O.V.E.R, gracias a Dios se dieron cuenta del error y decidieron bautizar al grupo como Super Junior, aún le gasto bromas a mi padre con ese nombre.

El primer miembro que conocí fue a Leetuk, el "gran jefe" como siempre le he dicho. Desde el principio ha sido como el hermano mayor que nunca tuve ya que siempre me protegía y aconsejaba sobre la cultura, además de enseñarme el idioma y la pronunciación... Siempre con amabilidad y respeto, lo extrañé mucho mientras estaba en el servicio militar y necesité mucho de sus consejos.

Pero, nunca olvidaré el día en que conocí al que sería mi mejor amigo, confidente y la persona más importante en mi vida. Era una mañana cualquiera y fui a comprarle una botella de agua a mi padre, al salir vi a un chico sentado con las manos tapando su cara, me preocupé al verlo y me acerqué a ver qué le pasaba.

"Disculpa... ¿Estás bien?" Dije mirando cada movimiento, el chico levantó la mirada, se veía muy nervioso y asustado.

"Si... Bueno... No..." Respondió volviendo a bajar la mirada. "Es solo que me perdí de algo y lo necesito"

"¿Eres uno de los seleccionados para el nuevo grupo?" Pregunté sentándome a su lado, Super Junior aun no existía y el nombre estaba en discusión. El joven asintió con la cabeza sin dejar de mirar el suelo. "¿Qué es lo que perdiste? Tal vez pueda ayudarte"

"Gracias, pero no creo que puedas hacer algo... Es un amuleto que me dio mi abuelo" dijo decaído. "Soy cristiano y antes que me descubriera un caza talentos, mi abuelo me regaló un rosario al que podía rezar y recurrir cuando estoy nervioso"

Quedamos en silencio unos minutos, el chico seguía con la mirada en el suelo. "Ten, esto no es lo mismo que el de tu abuelo... Pero el sentimiento de fe es el mismo, mi madre es cristiana y yo también lo soy... Lo importante no es rezarle a algo, sino sentir la fe y la presencia de Dios en tu corazón" respondí sonriendo, el joven miró el collar con la cruz que le estaba ofreciendo y volvió a mirarme.

"No puedo aceptarlo, es tuyo"

"Vamos, no es nada... Quiero que lo tengas" insistí sonriendo, el chico levantó su mirada, tomó el collar regalándome una hermosa sonrisa y respondió apenas en susurro un 'gracias'. "Ohh, tengo que ir a buscar el agua para papá... Pensara que me puse a pasear, mucha suerte!! Nos vemos" dije y salí corriendo a buscar la expendedora.

Horas después supe que el chico había pasado a ser parte de Super Junior, estaba muy feliz de saber que le fue bien y consiguió lo que quería. Lo encontré en el lobby de SM, estaba hablando por celular con una emoción increíble y al verme se despidió de la persona con la que hablaba y corrió hacia mí. "Gracias!! No sé cómo agradecerte, de verdad..." Me gustaba tanto verlo feliz. "Por cierto, esto es tuyo..." Se iba a quitar el collar pero lo detuve, me miró algo confuso.

"Quédate con él... Quiero que lo tengas, es como un regalo de bienvenida" dije sonriendo. "No es mucho pero si quieres, puedes quedártelo..."

El chico quedó en silencio un rato, no sabía en qué estaba pensando y la verdad es que me estaba dando un poco de vergüenza, nunca fui de hablar con chicos. Pero de pronto sonrió, no como las otras... Sino que era una enorme sonrisa de alegría. "Gracias... Lo cuidaré con mi vida, espero que seamos grandes amigos" dijo estirando el brazo. "Mi nombre es Siwon Choi"

Estreché su mano sonriendo. "Mucho gusto, me llamo Andrea Durán... Pero dime Andy, puedo llamarte Siwon?" Respondí, sabía lo reservados que son los asiáticos y no quería dar un paso en falso tratándose de un posible amigo.

"Claro... Es un placer" respondió, desde ese instante nos hicimos los mejores amigos e inseparables... Siwon se convirtió en un confidente, alguien con quien compartir las alegrías y siempre estábamos para apoyarnos en momentos difíciles.

El 6 de noviembre de 2005, nació Super Junior con su single, Twins, no puedo describir la emoción que tuve al verlos en el escenario... Tanto que habían trabajado por ese momento, después de esa noche todos lloramos abrazados por haberlo logrado, fue un momento mágico e inolvidable.

El viaje había comenzado...



E.L.F.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora