Día 10.

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Y ¿ahora? Dime... ¿Qué piensas hacer? ¿Te derrumbarás así como así solamente por darte cuenta de algo que no querías? Mírate, estás llena de odio, rencor, tristeza e ira. ¿Y por qué? Por pensar las cosas a las patadas y no saber llegar a una conclusión. Estás rota porque te hiciste creer que él sería lo mismo contigo cuando no es así.

Quizá tengas esperanzas de algo que posiblemente pase o posiblemente no pase.

Quizá le puedas hacer saber que lo extrañas hoy. Que se lo dirías directamente pero aún sigues en la etapa de la negación. Así que lo escribes, para que lo lea, pero no esté seguro de si es para él; para que lo sospeche pero no pueda confirmarlo; para que la duda te proteja mientras a él lo hace sonreír.

Quizá siempre te darán ganas de abrazarlo, de tenerlo contigo y que él te tenga a ti.

Quizá te duela seguir amándolo cuando la vida te da mil y un razones de odiarlo.

Quizá te entre el miedo y te ahogues en tu llanto al no saber que decirle cuando te decía todas aquellas veces que le escribieras cada que tuvieras un problema y estés mal, pero no encuentres la manera en decirle que la única razón está resumida en dos letras que pronuncian un "él".

Y ese nudo en la garganta cada vez que veías algo que desearías no haber visto.

Él tendría que haber notado todas esas veces en la que tu cara se ruborizaba cada vez que te miraba.

Él tendría que haber visto como temblabas cada vez que sabías que tendrían una mínima oportunidad de encontrarse.

Él tendría que haberse dado cuenta que es la única persona que podía cambiarte el humor tan rápido, que puede hacerte reír aún con lágrimas en los ojos, que puede hacerte olvidar en un abrir y cerrar de ojos aquél problema que no te dejaba dormir en días.

Él debió de haber notado aquellos nervios que te recorrieron cuando sus ojos se encontraron luego de un gran tiempo.

Y sí, metiste la pata más de una vez. Pero nunca lo olvidarás porque es de esas cosas que por más que pase el tiempo no, no se olvida. Porque así te propongas a esperar hasta el último año de tu vida en tenerlo a tu lado, esas esperanzas nunca morirán.

Eres libre de tomar tu decisión y si esa es todas las nombradas anteriormente, te apoyaré en ello.

Sé que lo amas, se nota a leguas cada vez que un recuerdo suyo pasa por tu cabeza, oyes su nombre, cada que hablas de lo maravilloso que es.
Y querida amiga... Eres fuerte en esto.

-El instinto de Nadia Hamley.

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