En los siguientes días, Él recibía las mismas clases, pero en un salón distinto así que había conocido a otras personas, a pesar de que le temía establecer relaciones amistosas con otras personas, al momento de haber entablado una conversación, era amistoso, con un sentido del humor peculiar e indescriptiblemente racista, lo increíble es que por más que se ofendía la víctima del chiste, terminaba riendo.
Su primer día de clases en el nuevo salón que estaba a unas cuadras de su casa, por más extraño que haya parecido hasta para sí mismo, se sentía cómodo y familiarizado con el lugar, afortunadamente en el salón había uno de sus vecinos, Angelo, La historia de como conoció a ese tipo, hacía sentir como tonto a mi padre.
Cómo ya había mencionado antes, su vecino, Angelo, a pesar de que convivían, había una rivalidad estúpida por caerle bien a otro vecino (Rod), básicamente, peleaban por ser el mejor amigo Rod, pero mi padre sigue creyendo que Angelo tenia ventaja, a pesar de que sabe que es necedad, luego les contaré como mi padre lastimo a Rod, hasta hacerlo sangrar mientras disfrutaba una sobredosis de adrenalina causada por el placer que obtenía por el simple hecho de verlo sufrir física y mentalmente.
Cuando entro al salón, Angelo, se sorprendió mi padre sigue creyendo que fue un hipócrita por haber sido tan amistoso, pero en realidad, también fue amistoso él, en conclusión el también fue hipócrita, Angelo prosiguió preguntándole si estudiaría ahí en el mismo salón, Mi padre trató de responder amistosamente aunque por inercia y costumbre era sarcástico y así respondió con algo como: no, no estudiaré aquí, solo vengo a enamorar a la maestra de tu salón mientras escuchó su clase y copio en la libreta lo que dice y lo memorizo para salir bien con las notas al final del año escolar, Angelo no era tan inteligente para comprender el sarcasmo, así que siguió el juego creyendo que lo que mi padre decía era cierto y prosiguió -Suerte con eso, la maestra podría hacerte caso-
Iluso -Dijo mi padre con amargura-
Se alejó a Angelo algunas sillas y mientras se sentó, la silla crujió alertando la presencia de mi padre.Había un tipo extrañamente mayor que todos en la clase, típicamente como el tonto o mas bien dicho el despreocupado, que repetía hasta tres años el mismo grado, tenía un aire de ser alguien con traumas y que causaba traumas, tenia sombras bajo sus ojos, un rostro adormitado, cabello desordenado, el uniforme le quedaba ajustado y corto, lo que comprobaba la teoría de mi padre que había repetido el año un par de veces o tal vez tres, su tez, naturalmente era blanca, pero por algún motivo, su piel parecía amarilla y pálida, sumado a un tono triste, le hacia creer a mi padre que daba la impresión de que un poco de su situación cotidiana se había pegado e impregnado a su piel dándole ese efecto, tenía la mirada perdida, en su mundo perdido, cada vez que escribía, hacia mucha presión, tanta, que sus dedos perdían color, Eso solo confirmaba que estaba traumado, por el simple hecho de escribir con desconfianza.
La maestra ordeno hacer parejas con el que tuvieran de lado, dejaría una actividad que hacer en las casas, mi padre se unió con este tipo raro, comenzaron con las preguntas obvias; ¿Como te llamas? -preguntó mi padre-
Charles -Respondió aquel-, Con un tono aburrido y soso, luego Charles por suerte, para asesinar el silencio, pregunto el nombre de mi padre -mi padre respondió- Luego prosiguieron por las edades, al final, copiaron la actividad y quedaron a cierta hora en la casa de Charles.A la hora establecida, mi padre estaba puntualmente en casa de Charles, ahí estaba su abuela solamente, ella mientras hablaba sonaba preocupada y alterada por cada movimiento que se hacia en el lugar.
Se sentía un olor peculiar, casi completamente alejado de las descripciones, era un olor como el de libros viejos llenos de sabiduría, o como el de la madera húmeda, o a lo mejor, como el de la tela escondida para no usarse hasta en muchos años, jamas lo supo con certeza, pero estaba seguro de que era uno de esos, o a lo mejor todos en unificación comenzaron haciendo la actividad con completa calma, luego uno bromeó, comenzaron a reír, y luego andaban por ahí haciendo tonterías, riendo de todo, Charles dijo algo extraño y aterrador con respecto a lo que sucedía en esa casa cuando el sol se ocultaba, así que Altheus se quedó para comprobarlo, siguieron bromeando hasta que anocheció, a pesar de que hacía tanto calor que no dejaban de transpirar, en el momento en el que se oculto el sol, solo sintieron el viento acariciando la piel de cada uno, parecía una brisa pasajera, de esas que acompañan a la lluvia, pero el cielo estaba despejado, las estrellas eran las únicas que servían de lumbre, habían apagado la luz para dar un toque terrorífico, subieron a un árbol por que Charles dijo que lo que acontecía en ese sitio, deambulaba por el jardín, desde arriba podían observar como la niebla estaba sentada sobre el piso, cambiando drásticamente el escenario en el que hace algunos minutos ellos se derretían por el calor, un búho comenzó en unificación con un grillo a exponer su orquesta larga, con sonido tenue con la que usualmente, con un maravilloso tributo le decían adiós a la madrugada para un nuevo día soleado, a ninguno de los dos le ofendía la orquesta de los animales, hasta parecían disfrutar el momento, miraron al cielo, extrañamente pudieron contar las estrellas, a excepción que contaban las que desaparecían, no las que se mecían la azul inmensidad, de una a una fueron apagándose, hasta que solamente se veía lo mínimo en el jardín, El búho y el grillo se callaron instantáneamente, y dudosamente, esto asusto a ambos, en lugar de ser lo contrario, escucharon una compactación de un aletear de muchos murciélagos que sonaba como uno solo, el sonido era estruendoso e incapacitador, ambos guardaron silencio, Charles sonrió, Altheus quedó viendo con asombro lo que estaba a punto de tocar el piso, era como un humanoide, mi padre me asegura que lo más parecido y conocido por el hombre a los cuernos de este ente, eran los de una cabra, pero más largos, tenía runas grabadas en su cuerpo, resaltadas de un color verde de una hoja en verano, y el azul, casi morado del nacimiento de una llama, tenia patas de caballo, pero este, caminaba como humano, erguido sobre sí mismo, tenía una mirada penetrante sus ojos estaban hundidos en un color negro de los cuales solo se notaba un vapor gélido, cuando este se preparaba para tocar piso, estando a unos centímetros de la tierra, la niebla se apartó del lugar, rodeando a este humanoide.