Prologo

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"mama"

exclamo el niño en aquella habitación cuya aura denotaba un aire de frialdad, soledad y tristeza. El pequeño solo se podía limitar a oír los ruidos del exterior y las únicas veces que podía sentir el calor de la compañía era cuando su madre o su padre lo llegaban a ver.

Incluso cuando los sirvientes de la casa lo llegaban a atender, no podía sentir esa cálida aura que solo sus padres lograban darle.

El pequeño portaba una venda que le cubría los ojos y solo la dejaba de usar cuando los sirvientes o sus padres se la cambiaban.

Esas vendas eran producto de un incidente ocurrido hace tres meses atrás, al parecer se trataba de algo de familia según lo que el pequeño había entendido, pero aun así nadie mas en su familia tenia los síntomas de el, lo que lo confundía bastante.

Pero no es como si no pudiera ver, al contrario podía ver todo con bastante claridad, el problema era su modo de ver las cosas, era algo bastante inusual y molesto al punto de causarle graves dolores de cabeza, es por eso que llevaba esas vendas, así no tendría que ver nada.

"mama"

"aquí estoy querido"

la voz suave y dulce de su madre le había respondido, aunque su tono era particularmente distinto, el pequeño no fue capaz de captar la tristeza ni el tono sollozo en sus palabras, solo se limito a disfrutar la calidez de su compañía.

"mi pequeño, te hemos hecho sufrir tanto ¿podrás perdonarnos?"

"¿de que hablas mama?"

la madre del pequeño soltó una pequeña risa llena de tristeza, y con un gran apuro tomo del brazo a su hijo,lo alzo con fuerza y lo abrazo como si nunca mas podría hacerlo.Entonces el pequeño noto que algo no estaba bien, el ambiente se torno incomodo y aunque era aun un niño podía percibir que algo no estaba bien.

"¿sucede algo?"

"¡lo siento, lo siento, perdóname!"

la respiración de su madre se acelero bastante y su tono de voz ya no era aquel tono tranquilo lleno de paz que el conocía, al contrario parecía sumergido en desesperación.

"mama..."

"¡¿ya esta listo?!"

la puerta había sido abierta de golpe y una voz acelerada se dirigió a la madre del pequeño, quien la reconoció de inmediato.

"papa... ¡¿que es lo que pasa?!"

la madre cargo al pequeño y lo saco dela habitación corriendo junto con su esposo. El niño no sabia que pasaba, y debido a toda la conmoción, el miedo empezó a brotar de el,pero antes de que le diera tiempo tan siquiera de decir algo, su madre se detuvo y lo bajo, escucho el sonido de una vieja puerta abrirse y enseguida supo en donde se encontraba.

"Amanda, quitale las vendas"

enseguida su esposa le quito rápidamente las vendas al niño. El pequeño estaba un sorprendido,la débil tonalidad de la luz en esa habitación ayudaba a que sus ojos no le dolieran tanto, pero lo sorprendente era que podía ver normalmente.

"veo que tus ojos se han adaptado a ti, eso es bueno"

el padre del joven, un hombre imponente a simple vista, transmitía seguridad y superioridad a quien lo viese,pero para el pequeño era solo su padre.

Tomo el brazo derecho del pequeño y se quedo observando por unos instantes la marca roja con forma peculiar en su muñeca. Enseguida soltó su brazo y saco un viejo libro de un estante polvoriento.

Beyond good and evilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora