Siempre fuimos nosotros. Siempre. Éramos nosotros contra el mundo, nosotros y nadie más. Nadie nos iba a separar, ¿recordáis? Nadie. Pero no contamos con que algo nos separase. Ese algo es la vida. La vida, que tan pronto viene como se va, hace lo mismo con las personas. Tan pronto vienen como se van, y no miran atrás a la hora de irse. Tal vez se arrepientan una y mil veces, pero cuando quieren volver ya es demasiado tarde. Las cosas se enfrían, y ya nada vuelve a ser como antes. Algunos se van porque quieren, otros porque no les queda más remedio, y los que no nos vamos nos quedamos sentados mirando cómo la vida, al igual que las personas, vienen y van. Y nos quedamos sentados preguntándonos qué habría pasado si hubiéramos arreglado los problemas, o si hubiéramos impedido que la gente se fuera. Porque íbamos a ser nosotros para siempre, nosotros contra todo. Pero es inevitable que las personas se separen, separando así los corazones. Pero para eso sirven los recuerdos, para torturarse y lamentarse un millón de veces. Y es que siempre fuimos uno para todos y todos para nadie. Pero a pesar de todo, siempre seremos nosotros contra el mundo, nosotros para siempre.
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Depressed.
Non-FictionEs un rincón muy personal de mi cabeza que invito a que otros compartan conmigo, pero no acepto críticas por mi forma de pensar. Feminismo, antiespecismo, lucha obrera, ideología de izquierdas, lucha LGBT... Cosas varias normalmente tratadas desde u...
