Me fallaron miles de veces y me levanté a pesar de todo. Perdí amistades por traiciones y algunas por puro orgullo, aunque sobre todo por ser fiel conmigo mismo. Odiando las despedidas, me despedí entre lágrimas de gente que ahora forman parte de mi corazón, que a día de hoy sigo recordando mirando al cielo con una sonrisa. Por situaciones así, entendí que la vida no es color de rosa, me di cuenta de que la madurez no es una edad, se madura con las caídas y experiencias que vivimos a diario sabiendo luego llevar todo tipo de situación.
Por qué lo fácil es que digan que tienen dos dedos de frente y lo difícil es que luego con actos lo demuestren.
- Toarts
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Hoy son textos, mañana lecciones.
RandomEn este libro encontrarás textos generalmente variados; desde los versos más bonitos y románticos hasta llegar a los más fríos y reflexivos. Desde los sentimientos más vacíos de tristeza hasta los más llenos de felicidad. Dependiendo de mí día a día...