Capitulo II

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El cumpleaños de Tetsuya llegó más rápido de lo que esperaba.

Ese sábado 31 de Enero había amanecido especialmente gélido aun para ser Tokyo en invierno. Innumerables nubecillas blancas habían brotado de sus bocas cuando se reunieron en la cancha pública más cercana a la casa de Kuroko mientras bebían algo que les ayudará a entrar en calor o en el caso de Murasakibara reunir fuerzas para jugar. No era una sorpresa que un idiota del baloncesto lo único que pidiera en su cumpleaños era jugar un partido, pero ni siquiera él podría haber sospechado que Tetsuya los reuniera tan temprano, había algo de sadismo en el especialista en pases al pedirles que estuvieran a las siete de la mañana.

Sadismo y algo de razón, porque entre despertar a Atsushi, esperar por el horóscopo de Shintarō y hacer un ligero calentamiento comenzaron a jugar realmente cerca de las ocho, para el momento en que Daiki clavo la tercera canasta ya no recordaban tener frío alguno.

Sin embargo ahora -una hora después de comenzar a jugar- tanto Kuroko como él tomaban un descanso mientras Aomine y Midorima se enfrentaban en un duelo con Kise que hacía equipo Murasakibara.

Si es que lanzaba miradas discretas hacia ese cordón rojo que flotaba entre el centro y el tirador no tenía nada que ver con culpa alguna.

-Kise-kun es sorprendente. -La voz de Tetsuya le hizo apartar la vista de Atsushi quien saltaba para encestar haciendo temblar la canasta para ver a su acompañante en la banca. -Y parece que Murasakibara-kun ha mejorado su resistencia en las rodillas.

-No son los únicos -Opinó dándole una pequeña sonrisa a Tetsuya. -Aomine luce más animado, Midorima más relajado, y claro, Kuroko ha conseguido un poco más de estamina y peso, ¿qué ha estado haciendo Aida-san? ¿encerrarte hasta que comieras una segunda ración?.

Como esperaba la respuesta vino tan apática como siempre, pero la última parte le hizo alzar una ceja. -Mi madre y Kagami-kun unieron fuerzas.

-¿Kagami?.

Tetsuya asintió viéndolo de reojo.

Kagami Taiga. Un metro con noventa. Cabello castaño rojizo. Ambicioso, terco y determinado al grado de ser un cabeza dura idiota del baloncesto como Aomine sólo que con un espíritu de lucha que superaba al As de Tōō.

Pasó un momento en que hubo una lucha interna. La frustración por saber que Kagami había conseguido otra victoria donde él no logró cosechar frutos y el impulso de ver la muñeca derecha de Tetsuya, pero finalmente el miedo junto a una gota de amargura apago ambas emociones.

-Es bueno que lograra triunfar donde fracase, necesitas cuidar mejor tu salud.

-Akashi-kun se equivoca. -Kuroko respondió de inmediato. -Es simplemente que en aquellos años era más cabeza dura ni siquiera mi abuela me podía convencer de acabarme toda la porción, todos sabemos que Akashi-kun hizo lo mejor posible para cuidarnos y llevar el peso del equipo él solo, aun cuando al final la situación se saliera de control, la única culpa sería no poder confiar más en sus amigos, pero no es como si fuéramos de gran ayuda tampoco.

Antes de que pudiera responder Aomine los llamó para que se incorporarán al juego, el Fantasma de Seirin se adelantó mientras él se quedó atrás tratando de comprender qué había ocurrido.

Al final sólo brotó una riza ahogada al tiempo que sacudía la cabeza.

Había olvidado que el pasatiempo de Tetsuya era observar a las personas y dar pequeños discursos en el momento que lo necesitaban.

Mientras se apresuraba para alcanzarlos tuvo una imagen fugaz de azul alrededor de la muñeca de Tetsuya extendiéndose en múltiples direcciones, pero cerró los ojos y se negó a visualizar por completo si es que uno de esos lazos corría en su dirección.

Akai ItoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora