Capítulo 24.

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Niall P.D.V.

Después de tantos días en la casa de mi tía, mis papás y yo volamos a Los Angeles, ya que a mi papá lo habían promovido, esta bien que lo hayan hecho, pero, ¿por que a Los Angeles?, pienso que eso fue solo otro de sus pretextos, creo que esto es por mi culpa, el problema que cause fue demasiado lejos...
¿Y si me hubiera quedado callado?, ¿que pudo haber pasado?, ¿mi vida seguiría siendo normal?, ¿y... si no hubiera aceptado ser amigo de Harry?
Por dios, mis cuestiones han llegado demasiado lejos, y la verdad, no me arrepiento de haberlo conocido, poco a poco voy olvidando su forma de ser, su risa, sus cuidados, su cariño... y su voz, pero algo que nunca podré olvidar de el, son sus ojos, esos ojos color verde esmeralda, esos ojos te hacían ver la realidad, pero a la vez te teletransportaba hacia un mundo, un mundo el cual te hacia queder olvidarte de todo, y...

¡Beep, beep, beep!-sonó el despertador-.

-Te odio maldita cosa.-dije mientras lo apagaba-.

Entonces mientras me tallaba los ojos, puse mi vista hacia el reloj.

-7:00 am, creo que aún puedo dormir otro par de minutos.-dije mientras me volvía a recostar y me tapaba con la cobija-.

Media hora después...

-¡Se me va a pasar el camión!
Dije mientras miraba el reloj y saltaba en dirección a mi ropero y me ponía lo primero que encontré.

-Niall, el camión acaba de llegar.-me gritó mi mamá-.

-¡Ya cagfsi estoy lgistfo, no defjegs que se vfagya!-le grité mientras terminaba de cepillarme los dientes-.

5 minutos después...

-¡Adiós mamá, te quiero!-le dije mientras le daba un beso en la mejilla y salía corriendo hacia el camión-.

-Hola, buenos días.-me dijo el conductor-.

-Buenos días.-le contesté-.

Entonces me dirigí hacia los asientos del camión, y varios estudiantes me miraban, mientras algunos susurraban y se reían de mi, pero yo solo decidí ignorarlos.

-Oye, creo que se te olvidó cambiarte algo.-me dijeron y me apuntaban a mis pies-.

Entonces agaché la cabeza y me di cuenta de que aún tenía mis pantuflas-¿Por que tenía que pasarme esto a mi?-dije y me dirigí hacia un asiento al final del camión donde decidí sentarme-.

-Oye, creó que puedo prestarte unos tenis.-me dijo el chico que estaba sentado a mi lado, causando que le prestara algo de atención-.

-¿Enserio?-le pregunté-.

-Si, pero tendrás que esperar a que lleguemos a la escuela, los deje en mi casillero.

-Esta bien, con tal de que la gente no se burle de mi.-dije y le sonreí-.

-Jajajajaja, eso espero.-dijo y me devolvió la sonrisa-.

Creo que este día no me ira tan mal después de todo.

Let's go on an adventure.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora