Capítulo 20 - Mala actitud

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Narra Andrea


Todavía continuaba totalmente impresionada, por la actitud salvaje que tuvo Ross, mi cerebro constantemente intentaba hallar una respuesta, pero a la única conclusión que pude llegar es que quizás Ross había tenido un mal día, me veía en la obligación de pedirle explicaciones sin alterarlo, según pude comprobar cuando Ross se altera no piensa con claridad. 

En el coche había un silencio sepulcral un tanto incomodo, cuando intentaba articular palabra, la mirada de Ross me fulminaba por el retrovisor y optaba por quedarme callada. 


Al fin llegamos a casa, tras unos minutos donde él conducía con cara de fastidio, metió su coche en el garaje de casa, aparcó y salió, ni tan siquiera me abrió la puerta como antes solía hacer. 


–Oye Ross, ¿se puede saber que te pasa? -Pregunté de una forma calmada. 

–¿Encima tienes el valor de preguntarlo? Tú sabes perfectamente lo que pasó. 

–Sí, Michel y yo nos besamos... ¿Y?

–Como que ¿y? No debiste hacerlo. 

–Dime una razón poderosa, Ross por dios él es mi novio. -Resople, mientras cogía del maletero mi abrigo y la mochila. 

–¿Qué es tu que? Anda niñata deja de soñar. 

–Deja de comportarte de esta manera, él es mi novio te guste o no.


Le deje con la palabra en la boca, mientras subía las escaleras del garaje para entrar en casa. 


–No me parece correcto que te beses con desconocidos. 

–No es un desconocido, es mi novio. -Dije mientras tecleaba el número secreto de la alarma. 

–Pues para mi él es un completo desconocido, no tiene derecho ni a tocarte. 

–Por favor Ross, desde que lo conoces se de muy buena tinta que no te cae nada bien. 

–Efectivamente, no me cae bien. -Metió sus manos en los bolsillos del pantalón. 

–Claro, ¿por eso es motivo más que suficiente para golpearlo?

–Para mi, sí. -Se encogió de hombros. 

–Tu actitud tiene un nombre, ¿sabes como se llama?

–A ver lista, como se llama. -Respondió vacilante. 


Mi madre escuchó nuestros gritos desde el salón, y vino corriendo para saber que sucedía. 


–¿A que vienen esos gritos?

–Este troglodita, le dio un fuerte puñetazo a Michel en la boca, lo tiró al suelo, Roxanne y Riker lo llevaron al médico, él no paraba de sangrar de su labio inferior, Ross es un auténtico salvaje. 

–¿Eso es verdad Ross? -Mi madre frunció el ceño, mientras miraba a Ross. 

–Sí, es verdad. Pero tenía motivos.

–¿Qué motivos?

–Se estaban besando, yo a él apenas lo conozco. 

–Ross ese no es motivo para golpearlo. -Respondió mi madre muy enfadada. 

El GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora