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Narra _____

Si no me equivoco...Carl ya tiene una nueva "amiga". ¡Es que se acaban de conocer hace horas!, y cuándo yo conocí a Carl no me lo tiré encima, y no es que quisiera.
No sé por qué me preocupo por estas cosas si nisiquiera son mis asuntos, además pronto me iré de este puto grupo y desapareceré por el resto de sus vidas. Lo sabía, no te puedes fiar de nadie.

Narra Arlette

El plan está funcionando, solo tengo que fingir un poco más y listo. Este grupo es más ingenuo de lo que pensé, en especial Carl. Seguramente piensa que caí en sus brazos, cuando en realidad él cayó en los míos. El grupo nos sigue de lejos, y cuando sea el momento indicado atacaremos. Carl me tomó de la cintura y me atrajo a la carretera, me besa...otra vez. Cuando nos separamos, yo estaba a punto de besarlo otra vez pero ella tenía que interrumpir.

Narra _____

No sé si acercarme a esos dos, se ven bastante ocupados comiendose entre ellos. Meh, me vale verga. Tomé mi bolso,(que por sierto, lo dejaron en el suelo al estar ocupados compartiendo saliva), y corrí hacia ellos como no hubiera un mañana, y me interpuse entre los dos.

-Hola chicos- dije tratando de parecer lo más amigable posible, ya que habían dejado mi querido bolso en el suelo.

-Hola...- dijo Carl un tanto incómodo, pero al ver la cara de Arlette ella simplemente irradiaba luz.

-Holi Wiss- dijo sacudiendo la mano, sabía que ella estaba un tanto molesta por haberlos interrumpido así que esa era una sonrisa más falsa que...Amm, Carl no siendo estúpido. Decidí dar por hecha una retirada, ya que esto se estaba volviendo un poco incómodo.

-Los huelo luego, tortolos...- dije caminando hacia Daryl, a lo que escuche una maldición de Carl por lo de "Tortolos"- hola mono sub desarrollado- dije saludandolo alegre a lo que él me miró sin ganas.

- Oh, eres tu- notaba el desprecio hacia mi reflejado en sus ojos- así que...¿Cuando te irás?- notaba un tono de alegría en su voz. En realidad no lo había pensado bien, mi rodilla no duele como antes, así que lo más probable sea...

-Hoy- dije con indiferencia, esperaba que se sorprendiera pero a cambio siguió con la vista al frente-esta noche...no quiero que se den cuenta de mi desaparición, eso los pondría tristes- dije con aires de superioridad lo que provocó una sonrisa en su rostro.

-Oh, estoy seguro de eso- dijo sarcástico, y movió su vista a mi bolso- dame eso- me lo arrebato de las manos a lo que yo lo miré con una sonrisa con una ceja levantada- sólo damelo, no tienes que esforzarte mucho- parecía mi mamá. Estuvimos un rato en silencio por su extraña amabilidad, pero decidí romper el hielo.

-Sabes Daryl- empecé a decir- no eres tan estúpido como pensé que eras, a veces eres...medianamente normal- dije tratando de no parecer tan empalagosa, pero al terminar de decirlo él me pellizco una mejilla.

-Y tú no eres tan...- alcé las cejas esperando su respuesta- no, no tengo nada- fruncí las cejas echando humo por las orejas.

-Hijo de- justo cuando hiba a insultarlo, la voz de Rick retumbó en mis oídos.

-Acamparemos aquí- dijo con su típica voz de machote. Al parecer hibamos a dormir afuera, y eso significa que tendremos que vigilar.

- Vamos - me indico Daryl.

-Si,mamá...- dije burlona mientras él me miraba serio- ¿puedo llevar eso?- dije tratando de tomarlo, pero él solo me miró severo y sin una palabra más, se alejó. Rodé los ojos alzando los hombros y me diriji hacia Rick, que alrededor de él se encontraba el resto.

-Como todos saben lo que hay que hacer...- me escabulli entre las personas y me puse lo suficiente cerca de Rick hasta el punto de estar a su lado.

-Yo tomaré la primera guardia- dije segura probocando la risa de Glenn.

-Mira, _____...- empezó a decir- sólo eres una niña- eso me llego hasta el orgullo, y hizo que casi me saliera humo de las orejas.

-Bueno, pues esta niña- dije usando sus propias palabras- duró todo ese tiempo sin ustedes sola, pasando las frías noches sin comida- se que estaba mintiendo, apenas empezó esta mierda los encontré a ellos- así que creo que yo puedo cumplir con este insignificante trabajo- se que estoy siendo un poco superficial pero es para demostrarles que soy fuerte- además, déjame hacer un último esfuerzo antes de irme...¿si?- en ese momento mi voz se volvió más apagada y triste.

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Siempre gano, y me encanta ganar.

-¿Y esa cara?- dice una voz a mis espaldas haciendome saltar un poco- das miedo con esa sonrisa maligna que tienes- al darme cuenta que tenía esa sonrisa de malicia, inmediatamente la borre cambiandola por una sería y amargada.

-¿Qué quieres, Carl?- dije prestando atención a los alrededores por si algo o alguien estuviera al acecho.

-Ese discurso de antes...- empezó a decir recostadose en un árbol- fue...- hasta en la obscuridad se ve su blanca sonrisa, en ese momento empezó a reírse.

-Cállate de una vez, vas a atraer a más caminantes- dije mirando nerviosa a todos lados afirmando mi daga en la mano. Trataré de cambiar un poco de tema- ¿y cómo van los tortolos?- pregunté con una sonrisa.

-Emm...pues- en ese momento dejó de reirse- bien...creo-

-¿Creo?, pues yo creo que fue muy pronto- dije desviando mi vista hasta sus ojos azules.

-Parece que alguien está... ce-lo-sa- en ese momento me moví rápidamente hasta agarrar el cuello de su camisa mientras, la mano con la daga señalaba su cuello.

- Carl, dime...¿quién se enamoraría de tí?- una sonrisa se dibujó en mi rostro- nadie, nadie excepto ese cerebro de Barbie- cada palabra que decía, la cara de Carl empeoraba- ¿qué pasa, Carl?...¿vas a llo- no pude terminar mi frase ya que me encontraba en el suelo mientras sentía mi mejilla arder. ¿Él me golpeó? .

-Nada de lo que dices es verdad- dijo bajando la cabeza poco a poco- te haces la gran cosa pero...no eres absolutamente nada- en este momento los ojos con los que veía a Carl, inocente, débil, patético, bueno para nada...cambiaron totalmente al escuchar esas palabras tan frías- eres...la nada en persona- levantó su cabeza rápidamente mirándome- ¿me escuchaste, zorra?- dijo haciendome subir las cejas sorprendida, él me tomó de los brazos fuertemente y me estrelló contra el árbol haciendome doler la espalda- ¡dije, ¿me escuchaste, zorra?!- sus palabras eran como flechas hacia mi corazón, mi cuerpo y mi instinto me hicieron asentir lentamente con la cabeza- bien...bien- al soltarme me quedó mirando cinco segundos que tanto para mí como para él fueron horas.

- ¿Carl?- esa estúpida voz retumbó en el lugar, ella al vernos se tapó la boca- ¡Carl, ya deja de jugar, estaba sola!- ignorando que nosotros estábamos a cinco centímetros de distancia, lo arrastró fuera de mi alcance haciendo que suspirara. Después de haber conocido a ese Carl...ahora deseo no haberlo conocido nunca.

La pequeña Dixon (Carl y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora