Buscar debajo de la cama los monstruos que no voy a encontrar. Oh. Aquí estas, tomo mi camisón negro, sé que ya me lo había puesto y que no lo he lavado, pero hay que ahorrar agua, ajá sí.
Zapatos, pantis, sostenes, jeans, faldas negras y vestidos de lentejuelas tirados por el pequeño apartamento. Lo único que puedo agradecer es que aquí sólo entran personas con mis mismos hábitos. El celular timbra, debe ser algún loco -A ver. ¿Quien es? -Al fondo se escucha música fuerte y resuena la voz de Carlos haciendo callar a su hermano, seguro tiene la guitarra en modo pista.
- Ya tengo el sitio - me tiene pensativa esa idea idiota de Carlos.
- No estoy segura, Pepe es confiable, pero a otro lugar ponerle mi piel. No sé - El tatuaje número 6.
1: Infinito en mi dedo índice
2: Una taza de café en mi hombro.
3: Bueno ese está en un buen lugar
4: Letrero en mi antebrazo "Pick Up"
5: 2008
Y ahora quisiera hacerme algo no muy grande. Por favor un tatuaje nunca muy grande.
- Pepe no te hará nada, ya te puso el límite. Y bueno te conseguí el lugar porque tu me lo pediste.
Pepe, gran amigo, un tatuador profesional, su dicho es: "cuando te haces un tatuaje no puedes parar de ver el arte" eso significa no poder parar de tatuarse, y tiene un poco de razón, así que dijo que no permitirá eso en mí, y por eso puso el límite.
- Muy bien mandame un mensaje con dirección del local y nos vemos.
Cuelgo y con mis pies arrastro la ropa que tengo tirada en el piso del apartamento. Bajo las escaleras del lugar, prometí que la próxima vez que consiguiera un sitio donde vivir me aseguraría de que tuviera ascensor. Del garage sacó mi super nave, es mi consentida. Mi motocicleta; ese color negro que enamora a cualquiera y sus 100 kilómetros por hora que enamoran aún más.
Quisiera que no me tocará utilizar casco ni mucho menos guantes, pero para evitar una multa lo hago.
Me gusta hacer carreras con los autos, es que siempre les gano.
Llego al lugar que me indicó Carlos, me bajo y lo primero que veo es su rostro sonriendo desde el otro lado del vidrio de la puerta. Le muestro mi dedo de al medio y corresponde a una risa. Entró y escogió un buen lugar.
- Ya te está esperando - me dice mientras me empuja hacia una cortina. Me mete ahí, y está el tatuador esperando por mí. Me siento y le indico lo que quiero, el señor hace un gesto, pero eso no importa. Sé como está Carlos en este momento, imaginando el super tatuaje.
Carlos, es un amigo único, realmente es el que me acompaña en todo. Porque soy de las que tiene muchos amigos; los de la rumba, los de las perforaciones, los de la ropa, los de las motos, los de lo grotesco y los del estudio. Pero Carlos está en todo; en mis rascas, mis travesuras y maldades. Recuerdo un par de años atrás, no sé cuántas veces Carlos convenció a sus padres de que me sacarán de la comisaría. No sé como hacia para convencer a sus padres para pagar fianzas grandes en lo del dinero. Eso se lo agradezco.
Carlos es el chico oscuro con buenos sentimientos, su pelo siempre espelucado y sus pantalones rotos son interesantes. Además sin contar que cada vez que me tinturo el pelo de colores el lo comparte conmigo. Es un buen muchacho.
El señor termina, salgo y Carlos me mira esperando que le muestre.
- Deja ver.
- No jodas - le vuelvo a mostrar mi dedo de al medio. Lo llamo con mi mano y lo hago ver mi pelvis - Ahí está - una vez le digo busca desabrochar el botón del Jean negro.
- Atrevido.
- Quiero ver.
- Ve tu culo.
-No tengo - es la verdad Carlos es bien plano.
Para callarlo le muestro mi muñeca. - ¡Mierda!Que idiota.
Un pajarito y al lado una palabrita en cursiva "Free" libre....
-Pensé algo súper bueno, y sales con eso.
Le saco mi lengua y le digo -Pues deja de imaginar.
Se monta de parrillero y le hago morir las tripas, lo llevo a toda velocidad por medio de carros, el puto grita y se ríe. Ando más rapido y al final descansamos en uno de los bares que solemos ir. Ahí está; Mila, Kathy, Fiona y el pendejo de mi novio. Le digo pendejo porque llevamos 6 meses y nada que quiere estar conmigo. Carlos dice que es gay, pero me da lo mismo. Pero las otras chicas dice que sólo es un chico que quiere respetarme. Pero aquí esta no quiere que la respeten de a mucho. Después visualizo a otros idiotas amigos que están desde anoche bebiendo, pobres.
Veo a José caminando hacia mi y ya me está besando. Bien por él, mal por mí.
Me siento en la barra y hay 7 personas haciendo ruedo en Carlos, José y en mí.
- La pendeja se tatuo ¿Quien quiere ver su obra? - los idiotas comienza a hablar y a preguntarme que me hice. Carlos toma mi mano y muestra mi muñeca todos se ríen y Kathy comenta - Tus diminutos tatuajes me causan ternura.
-Ya les he dicho que no voy a hacerme ningún tipo de calavera, ni de cacho de marihuana, nada de eso jóvenes. Quiero una limonada.
Me fijo que José ya la tenía en la mano, la recibo. Él me conoce, sabe que pruebo licor después de las 9pm de resto nada. El día es para mantener cuerdo, la noche, bueno eso se le deja a la noche.
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Y Esa Risa?
Teen FictionDiana de 19 años, independientemente, divertida y muy atrevida. Sus padres murieron cuando ella tan sólo tenía 15 años y desde ese momento juró que no lloraria por nadie, las últimas lágrimas eran las de sus padres. Su rebeldía se apoderó de ella...