Sólo Soy Una Empleada [Screamau]

Capitulo 42

Cuando ya subió las escaleras, se detuvo en la puerta. ¿Entraba o no entraba?, ni modo, tenía que entrar si o si. Soltó un leve suspiro y abrió cuidadosamente la puerta. Todavía dormía, boca abajo, con sus manos debajo de la almohada, su rostro relajado, se veía totalmente hermoso. Cerro la puerta y camino hacía la cama, se sentó al borde y toco el hombro de él provocando que despertará. Se sobresaltó, giro su cara hacía el lado derecho, para luego girarla hacía el lado izquierdo para encontrarse con el rostro de __________, quien la miraba entre tierna y nervios.
Refregó sus ojos, todabia tenía sueño, eso se le notaba a kilómetros.

-Siento despertarte, si fuera por mi te dejaria dormir - dijo ella - pero llamo tu madre y quiere que vallas ahora mismo al banco, te mando dinero y quiere que lo vallas a retirar antes de que cierren - avisó.
-Está bien.
-¿quieres desayunar? - pregunto.
-No gracias... no tengo hambre. - respondió el - tu ya desayunaste- pregunto ahora él.
-No.
-Entonces, acompáñame al banco y te invito a desayunar - propuso.

¿Escuchó bien?
La invito a tomar desayuno con ella, fuera de la casa ¿Aceptaba o rechazaba?. Entonces ahí fue cuando recordó su plan de ayudar a Mau de salir de su trance, esta sería una gran oportunidad que claramente no podía desperdiciar.

-¿Lo dices enserio? - puso un rostro de asombro - ¿No te molesta que yo...?
-No. - intervino el. - Así como andas estas bien, déjame cambiarme y salimos.. -la quedo mirando - Déjame remediar los momentos en que te trate mal.

Ella asintió con la cabeza, se levantó y salió del dormitorio, dejándolo para que el pudiera cambiarse tranquilamente.
Esta iba a hacer la primera vez que saldría con Mau a alguna parte a tomar desayuno. Trataría de llevar a cabo su plan. Le atemorizaba que al final de todo su plan no resulte y ella sea la que va a sufrir las consecuencias, debería de irse de la casa, dejar todo, hasta dejar sus sentimientos por él. Si sentimientos, no lo podía negar, se sentía atraída por él, le gustaba. Pero le daba miedo decir que estaba irrevocablemente enamorada de él. ¿Estará enamorada?. Eso es algo que ella todavía tiene que descubrir con el paso de las horas, días o hasta meses.
El amor llega cuando uno menos se lo espera, y es el sentimiento más hermoso que uno pueda experimentar ¿o no?, claro que sí, ella no lo experimento, pero el sí.

Llego a la cocina, donde fue a tomar un poco de agua para calmar un poco los nervios.

-¿Qué te pasa muchacha? - pregunto Gloria al darse cuenta de la extraña actitud que ella estaba teniendo.
-¿Te sientes bien? - ahora le pregunto Alan.
-Sí, solo tuve un leve mareo - mintió - Gloria, tenes que encargarte de la cocina y de la casa por un rato... tengo que salir. - aviso.
-¿Salir? - pregunto - ¿A dónde?

¿Se lo decía o no?, bueno de todas maneras igual se iba a enterar cuando los vea salir juntos de la casa y llegar juntos, además ¿Qué tiene de malo?, es solo una salida de "amigos".

-Voy acompañar a Mau.
-¿Que acompañarás a quien?! - pregunto sobresaltado Alan, como si escucho lo peor de mundo.
-A Mau. - los miro - ¿Porque?, ¿Que tiene de malo?.
-Yo creo que nada -dijo Gloria - ¿y solo lo vas acompañar al banco?
-No, también me invito a desayunar.
-Wow, no sabía que te llevabas tan bien con el hijo de tus jefes - añadió Alan, su rostro estaba tenso, como si estuviera enojado.
-Voy a ver si está listo. - dijo cambiando de tema - nos vemos.

Retrocedió e hizo un adiós con sus manos. Le asombro la actitud de Alan, ¿Porque su rostro mostraba enojo?.

-¿Estás lista? - le pregunto Mau cuando venia bajando las escaleras.
-Si - sonrió - lo estoy.
-Vamos.

Los dos subieron al auto de Mau, se sentía rara, era la primera vez que iba con él en su auto. No sabía que hablar. Estaba nerviosa y le costaba articular palabra.

-¿Dormiste bien anoche? - Mierda, ¿Tenía que preguntar eso?.
-Si ¿y tú?.
-No sentí cuando te fuiste - la miro de reojo mientras conducía - dormi bien.

Un leve suspiro salió de los labios de ella, él no sabía nada, no sabía que se quedo toda la noche con él. Una sensación de alivio recorrió su cuerpo.
El auto se detuvo en unos de los estacionamientos del banco.

-Voy a recoger ese dinero y vuelvo, espérame aquí - pidió.
-Está bien - sonrió.

Se quedó sentada en el asiento del copiloto, el auto olía a él, a su perfume.
Tenía miedo de enamorarse de él, de sufrir, de no ser amada. Ahora sentía el miedo de perderlo y no volver a tenerlo.
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