Data 001: Confusión

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"Aun no entiendo cómo llegué aqui...

Todo es tan distinto que a veces me confunde. Me siento tan perdido, tan fuera de lugar, tan... solo..."

-Pero tu sed de poder te llevó a mi. Nada tienes que temer; a mi lado el mundo caerá a tus pies. Tan solo liberame, es tu elección.

Afueras de la Aldea de Konohagakure - 2:00 A.M.

-Sasuke, tendrás que morir aqui por primera vez.

-¿A qué te refieres? -el muchacho miró a su interlocutor con una mezcla de indiferencia y extrañeza. Un aire desafiante se desprendía de él.

Porque no había vuelta atrás, ya nada tenía que perder.

-Tan solo debes tomar una de estas píldoras que el señor Orochimaru nos ha dado. Te permitirán resistir la segunda fase del sello maldito, poniendote en un estado de falsa muerte.

-¿Eso significa que es la única manera de volverme mas fuerte, verdad?

-Si lo ponemos en palabras fáciles... -dijo Akon, sacando un pequeño frasco lleno de pastillas redondas y rojas como la sangre. Lo abrió y le dió una a Sasuke, quien aun la miraba dudoso.

-Ustedes se encargarán de que los tontos de Konoha no intervengan, ¿no es asi? -espetó el Uchiha con tono rudo.

Esta vez la mujer del grupo tomó la palabra.

-Somos guardaespaldas de élite mandados por el señor Orochimaru y los más expertos en jutsus de barrera de Otogakure. -dijo firme Tayuya- Apenas caigas en el efecto de la píldora, nosotros te sellaremos y protegeremos tu recorrido hacia la guarda de nuestro señor.

-Entiendo. -Y con esa última palabra el Uchiha tragó la droga, causandole automáticamente un dolor intensísimo, como si estallara cada órgano de su cuerpo. La conciencia se disipaba, ya sin ser capáz de distinguir nada y finalmente perdió el conocimiento.

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Cuando volvió en si, Sasuke se encontraba en una habitación que no le era para nada familiar: Estaba recostado en una cama de sábanas celestes y cubierta amarilla, de una de las paredes colgaba una chaqueta extraña con un gorro y la ventana del balcón estaba abierta; una brisa refrescante inundaba el lugar. Sasuke se incorporó algo adolorido y entornó los ojos, examinando el lugar.

-¿Acaso ya estaré en Otogakure? -musitó, extrañado y se levantó para ver al balcón cuando una voz proveniente de debajo de la cama lo hizo parar en seco.

-Ya has despertado, Sasuke.

Lo que vió hizo retroceder al azabache, ¿realmente estaba en la guarida de Orochimaru?

Una criatura salió de la cama y lo miró fijamente, con sus ojos azul profundo. Sus orejas puntiagudas, su pelaje y su hocico alargado sugerían que era un cachorro de zorro, pero viendo bien tenía...

-¡Nueve colas! Maldita sea, ¿qué carajos eres? -chilló el Uchiha buscando sus kunai, pero para su sorpresa tampoco logró dar con ellos.

-¿Qué sucede, Sasuke? He salido del modo de hibernación porque me pediste que te despertara para ir al trabajo.

-Mierda... mis kunai, ¿¡qué hicieron con mis cosas!? Y, y tu... a ti te envió Naruto, tienes su misma voz...

-Sasuke, no sé que sucede contigo hoy. Sabes que Naruto es mi nombre. Analizaré tu cuerpo en busca de anomalías...

El muchacho quedó de piedra. Esa cosa con la forma del nueve colas decía llamarse Naruto, igual que el idiota amante del ramen. No estaba entendiendo nada, no tenía nada para defenderse mas que sus jutsus, y antes que llegase a necesitarlos averiguaría que pasaba allí.

-Oye tu... Naruto -se le hizo increíblemente dificil decir ese nombre- Dime dónde estamos, qué eres y qué rayos pasa aca.

-El scanner dice que te encuentras nervioso, tu pulso cardiaco es alto pero fuera de eso no hay ningun problema. -Naruto alzó las orejas y movió las colas levemente mientras intentó responder la lluvia de preguntas del Uchiha- Claro que si, Sasuke. Yo soy Naruto, tu Allmate; estamos en Konohajima, una isla situada 35 km al noroeste de Tokyo y que ha sido tu hogar desde que naciste y lo que pasa es que estás muy nervioso. Sugiero que vayamos a la tienda de Jiraiya-san ahora o llegarás atrasado.

Sasuke estaba aun mas confuso. Entonces realmente no estaba en Otogakure, sino que en un lugar llamado Konohajima. El nombre era familiar, pero jamás en su vida había escuchado que Konoha tuviera en algún lugar una isla y mucho menos que él proviniera de ahi. Se llevó las manos a la cabeza; ¿qué carajos había hecho Orochimaru? ¿Acaso esto era parte de su plan? Por ahora le seguiría el juego al zorrito y averiguaría lo mas posible sobre lo que sucedía.

-Andando, Sasuke. -El allmate le indicó la ropa que según el era su favorita y el pelinegro se la puso: una chaqueta blanca, celeste y amarilla con el símbolo del clan Uchiha en la manga izquierda; un par de calentadores de piernas en el mismo tono; unos jeans con cinturón de tachas celestes; un chaleco azul marino y finalmente un guante sin dedos celeste y negro que se puso en la mano derecha. El muchacho se apresuró a bajar las escaleras pero el allmate lo detuvo, traía algo en el hocico y se lo depositó cariñosmente en la mano.

-No olvides tu coil, Sasuke. Iré a esperarte en el bolso.

-Como digas -atinó a decir el Uchiha. Se ajustó el reloj en la mano derecha y se desplegó una pantalla holográfica llena de avisos, recordatorios y cosas raras.

'En serio, ¿qué mierda es todo esto?'

La apagó como pudo y bajó al primer piso, pero para su sorpresa no solo la criatura zorruna estaba ahi.

-Ya era hora que te levantaras, nieto idiota.

Una anciana, envuelta en un vestido amarilo, lo miraba con ojos furibundos desde la cocina. Le puso con fuerza el desayuno en donde él debía tomar asiento y el zorro espetó desde dentro de un bolso que estaba en el sofá.

-Debiste haberte apresurado. Sabes que Chiyo-san se enfada cuando no llegas a tiempo a la tienda.

つづく

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