Relatos desordenados

... Luz

A veces ocurren milagros, sólo a veces, y puede que haya un día en que una nueva persona entre a tu vida y pienses que va a ser una más. A veces se cruzan en tu camino personas que en pocos meses te enseñan más de lo que has aprendido en varios años. En ese momento tu no eres consciente de ello, ni ellos tampoco, pero, si con el paso del tiempo miras hacia atrás, puedes ver como has cambiado.

Si miras atrás puedes ver como eran las cosas antes, como todo tu entorno ha cambiado. Aparecen en tu vida personas maravillosas que jamás soñaste conocer. Te das cuenta de que has vivido experiencias muy distintas a las cosas que querías hacer, pero son experiencias que jamás hubieses soñado vivir.

Y hay un día que te miras al espejo, y te gusta lo que ves. Te gusta la persona que ves reflejada, pero también te gusta todo lo que tiene dentro esa persona y no se ve a simple vista. Ese día, el día en que te das cuenta de cuánto te quieres a ti misma, es el día en el que empiezas realmente a vivir.

El día en que te das cuenta de que no importa nada en absoluto lo que digan los demás, es cuando te das cuenta de cuál es el secreto de la vida. La gente cambia a la gente, y cuando comprendes que la opinión de ciertas personas no tiene ningún valor, es cuando empiezas a ser feliz.

Cuando aprendes a quererte a ti misma por fuera y por dentro, parece que el mundo se ilumina. Porque cuando estás a gusto contigo misma, todo es más fácil y más divertido.

En esta vida, a veces, y solo a veces, ocurre un milagro que trae la luz a la vida. En el resto de los casos, somos nosotros los que debemos hacer que aparezca.