Capitulo 21

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El sol apenas se alzaba por sobre el oscuro cielo de la gran manzana, dándole la señal a las pequeñas aves del central park que ya era hora de salir a conseguir sus alimentos. En un aeropuerto cierto pelinegro esperaba impaciente en una fila, mientras acompañado por un apuesto castaño que devoraba con ansias una barra de chocolate, la fila avanzaban lentamente.

-¡Puedes dejar de comer, me pones nervioso!- le reprocho Zayn estallando atrayendo la mirada de otros pasajeros.

-Estas nervioso desde que despertaste, así que no le eches la culpa a este chocolate- le respondió Josh sin hacerle mucho caso.

Era cierto, Zayn no pudo dormir más. Habían conseguido dos boletos de último momento para Londres y habían empacado todo lo que se puso en su lugar, el pelinegro ciertamente no tenía planeado volver dentro de mucho tiempo a su amado New York. Las ganas de reencontrarse con su viejo yo, lo mataban, eran demasiadas la verdad.

-No deberías estar nervioso, creí que ya lo habíamos hablado Malik- le dijo Josh al terminar su barra de chocolate.

-Si Devine, pero no eres tú el que va a hablar con toda su familia y amigos después de cinco años sin saber de ellos, es como si yo hubiese muerto- explico el pelinegro volviendo a calmarse.

-No digas eso, velo como que, te tomaste un tiempo sabático- le apoyo Josh tratando de sonar simpático.

-Jajaja ¿un tiempo? Creo que ha sido un laaaargoo tiempo- bromeo Zayn mostrando signos de calma.

-Ves, te hice reír, no tienes por qué estar nervioso- dijo Josh.

Zayn a pesar de no poder tranquilizarse, se calmó un poco. Si no fuese por su amigo Josh, se hubiese tirado de su apartamento hace ya casi seis meses cuando se enteró de todo aquel asunto que lo llevaba de nuevo a su tierra natal. La verdad es que el castaño desde la semana en que se conocieron le fue de muy gran ayuda a él pelinegro, y viceversa, ambos no podrían sobrevivir sin el otro.

Pasaron pocos minutos y ya se encontraban sentados cómodamente en sus asientos en el avión. Zayn llevaba consigo una almohada para el cuello, al igual de Josh, las necesitarían... después de todo, 7 horas sentados en un avión no era precisamente la cosa más cómoda del mundo. A los pocos minutos el avión despego.

Zayn le echo una última mirada por la ventana a la ciudad. Se veía tan tranquila desde doscientos metros, todo lo contrario estando en ella. New York le había dado la bienvenida a Zayn, lo había recibido con los brazos abiertos, ofreciéndole grandes experiencias, una excelente escuela y oportunidades laborales como artista que no podría encontrar en ningún lado. Pero a pesar de lo grandioso que podía ser la gran ciudad para cualquiera con grandes aspiraciones, estaba Liam. Ese ancla emocional que lo ataba de por vida a Londres, aunque el castaño era (o fue) tema superado, cada cuanto su cálida mirada y sus húmedos besos le amedrentaban la memoria con fogosa claridad. Haciéndole recordar por qué se arrastraba como un tonto por donde su castaño pasaba, haciéndole caso omiso a cualquier prueba contundente de la realidad, si Liam le hubiese pedido que desafiara la ley de la gravedad, él hubiese encontrado la manera de hacerlo... Y pensar que aun así corrió lejos como un cobarde, dejando a la deriva de su amor a Liam.

A los pocos minutos, Zayn yacía profundamente cómodo en los brazos de Morfeo, descansando, por fin, su agitada cabeza que después de aquellos seis tortuosos meses, después de haber llegado al nivel más alto de estrés su cansancio lo vencía y le hacía dormir tan profundo, que ni sueños revoloteaban en su cráneo.

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-¡No puedo creer que esto esté pasando!- exclamo el rubio con excitada voz.

Enamorarse De Lo Prohibido (Ziam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora