VIII

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22 de Septiembre. 22:46
Tome una hoja y escribí:
Querido Adam:
O cuando me abrazaba...
Me encantaba cuando lo hacía, solo porque me hacía sentir como si nada pudiera lastimarme, como si fuera a cuidarme de todo lo malo que pueda llegar a pasarme.
La doble, y cuando iba a guardarla me había olvidado de algo. La abrí de nuevo, y añadí:
Y era así, porque me doy cuenta de que con él nada podía lastimarme.
Porque nada más importaba.
Y la guardé.

Cartas para AdamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora