Fue un aňo bastante difícil, la soledad se había vuelto mi mejor amiga y mi aliada, tanto que ya ni siquiera salía. Seguía en contacto con Blue pero no hablabamos todo el tiempo por tema de diferentes horarios dificultando las cosas. Las vacaciones siguieron su transcurso natural, las salidas a la playa, el bronceado de piel y algunas veces poner en riesgo mi vida ahogandome en la playa.
Pero todo tiene su fin y el regreso a clases me ponía realmente nerviosa porque no conocía a nadie -nuevo curso- y deceaba que ese día no llegara.
Maldito colegio.
Me levanté sin sueňo ni cansancio lo que usualmente es todo lo contrario y me vestí deprisa gracias a los gritos constantes de mi madre para que llegáramos temprano. Mi aroma era algo divergente a como es todos los días olía a nuevo. Espero no ser la única.
El fotógrafo nos esperaba para tomarnos fotografías del primer día de clases como si realmente fuera bueno. Obviamente nosotros lo aceptamos porque somos fans de los recuerdos y luego cada quién se dispersó para reunirse con sus amigas -incluyendo mis padres- traición pura.
No me demore en encontrar mi salón pero las piernas me dolían sin razón alguna. Debía ser la flojera.
Entre al salón encontrandome con alumnas de mi curso dispersadas regalandome una mirada fugaz que creo que es para escanearme. Claro que con la suerte que tengo me sentaron con una chica que al parecer era muda -es lo que creía- porque no se inmutava en hablarme.
Me sorprendí cuando en la hora del almuerzo la observe gritando como si fuese la última vez que lo hiciese yendo de aquí para alla, pobre.
Sonó el toque de timbre indicando la salida mientras yo caminaba rápidamente hacia ella.
Como siempre mi madre nos esperaba sólo el primer día de clases para asegurarse que tal nos fue.
-¿Todo bien?-- preguntó mirando por el retrovisor del auto.
No realmente, la suerte esta en mi contra.
-Si, todo normal -- me dispuse a responderle.
-¿Y tus compañeras?--
Mi compañera de banco está demente o tal vez tiene una gemela que es todo lo contrario a ella. Me quedo con la primera que parece ser lo más seguro.
-Todo bien-- le asegure sonriente.
-¿Qué tal los profesores?-- volvió a preguntar, parecía más un interrogatorio.
Son un dolor de cabeza.
-Como siempre-- terminé la conversación.
Pensé en las millones posibilidades que existen para faltar a clases el resto del aňo sin embargo sabía que sería prácticamente imposible, mi madre me mataría.
Pero debía acostumbrarme desde hoy aunque no me sentía lista para un nuevo aňo.
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