Caos

24 2 0
                                    

Lo guardo en el interior de mi cazadora, su tacto incluso a través de la tela es gélidamente abrasador. Un escalofrío recorre mi piel, quién me hubiese dicho a mí que estaría desacatando la ley.
Todavía no logro asimilar cómo es que ha llegado hasta mis manos un arma de tal calibre, pero la pregunta que recorre mi mente no es otra que qué voy a hacer con ella. En el mercado negro podría conseguir algo de dinero o comida, incluso cambiarla por protección pero eso sería absurdo, nadie está a salvo.

La lluvia resbala por mi cabello, vuelvo despacio a ninguna parte, que es lo que me queda: nada. Bajo a la habitación del pánico en el sótano de lo que alguna vez fue una casa, pero que ahora no es más que un montón de escombros que esconde un pequeño refugio improvisado con el tiempo para una huérfana. Desde lo lejos el sonido de los truenos advierten una tormenta que no podrá apagar el fuego que ha creado el ser humano. <<El hombre destruirá al hombre>> Sabías palabras de mi padre. Pero, ¿qué debes hacer cuando ya te han destruido todo? Destruir.

Mi padre era un gran hombre, y lo mataron por ello. Por ello y para salvarme a mí.

Ahora, en la soledad del habitáculo, meto la mano en el bolsillo interior de la chaqueta, mis dedos se estremecen cuando alcanzan el objeto que buscaba y tiran de él. Ya entre mis manos, presiono hasta que se ilumina. Mi reflejo desaparece de la pantalla mientras reflexiono en el primer momento que lo tuve en mis manos. ¿Sabía él que moriría a la mañana siguiente?

No puedo contenerlo y una lagrima resbala por mis ennegrecidas mejillas a causa de la ceniza. Me dejó todo lo que tenía en una cajetilla. Toda una vida escondiendo su talento, talento que le costó la vida. Aprieto el objeto con fuerza y abrazo mis rodillas, acomodo mi cabeza entre las piernas y dejo que toda la rabia salga. Lloro hasta que ya no hay más, dejando un vacío y un nudo en la garganta.

Mis dedos, agarrotados de apretar el objeto, se relajan un poco y presiono para desbloquearlo. Una luz cegadora para mis ojos acostumbrados a la penumbra del lugar aparece, señalizando que se ha desbloqueado correctamente. Inspecciono detenidamente los iconos que aparecen, mi padre no me indicó qué es lo que había que dio su vida para protegerlo, no hay nada fuera de lo que pudiera imaginarme. Es la primera vez que tengo uno, tan solo había escuchado hablar de ellos y miles de fábulas sobre por qué están prohibidos.

Tras reflexionar sobre lo que hacer, me decanto a abrir alguna de sus aplicaciones, creo que se llaman. No hay muchas, y por sentido común descarto los ajustes y llamadas. Empiezo con el calendario, pero nada; buscador, nada -como ya imaginaba, ya que hace mas de ocho años que las empresas de telecomunicación fueron erradicadas-; notas, nad.. hay algo en la carpeta de eliminados:

<<Querida Annalise, si estás leyendo esto es que lo peor ha ocurrido y ya no puedo protegerte más, pero debes saber que di mi vida por una causa justa y sé, hija mía, que tú serás la pieza que causará el jaque mate.

Confío en ti para acabar con esta absurda guerra. El Gobierno se dio cuenta de que el pueblo había conseguido demasiado poder, tenían los conocimientos necesarios a su alcance para darse cuenta de que no hay política posible, estábamos manipulados en un mundo de decadencia mientras ellos se enriquecían a nuestra costa y les costaría demasiado caro que abriésemos la mente, y con ella los ojos.

Cariño, yo no solo tenía conocimientos, también los tenían muchos otros, ellos te enseñarán a protegerte. Perdóname por involucrarte en esta misión suicida, a pesar de ser tu padre no debí haber decidido tu destino haciéndote parte de la rebelión, pero no encuentro mejor forma de morir que morir por un futuro mejor para todos, para ti.

Todavía tienes tú que decidir si quieres formar parte o no de todo esto, a pesar de lo que te he dicho, ellos esperan una respuesta, eres ya mayor para hacer lo que quieras con tu vida, y si no aceptases, ellos simplemente te darían protección, y seguirías como ahora, al margen de todo.

Ahora está en tus manos. Hagas lo que hagas me siento muy orgulloso de ti, y sacrifiqué todo porque te quería y desde dondequiera que acabe lo seguiré haciendo.

Si quieres que todo siga como ahora simplemente destruye el teléfono, pero si aceptas, lo que tienes que hacer es ir a la galería de fotos, tienes mucho potencial, sabrás que hacer con las fotos.

Pase lo que pase, nunca te rindas, por muy mal que vayan las cosas, si hay aunque sea una millonésima posibilidad, aférrate a cualquier rayo de esperanza que haya para salvar a la humanidad de ella misma.

Prométeme que conseguirás ser feliz, porque ahí es donde perteneceré.

Tu padre, que te quiere y te ama. >>


Dejo el teléfono en el suelo, me enjugo las mejillas con la manga aunque es inútil porque siguen brotando las lágrimas sin algún control y no puedo parar, no quiero parar. Me acuesto de lado en el pavimento y me acurruco lo más cerca de la pared en un pésimo intento por obtener calor. Cierro los ojos y me quedo durmiendo.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 12, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Guerra de las tecnologías (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora