¿Como paso esto?

⌈Palpitaciones y Sonrojos⌋

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Allí se encontraban. Caminando con fatiga hasta donde seria ahora su salón de clases. Sí, tuvieron la mala suerte de despertarse y darse cuenta que seguían siendo unos niños y seguían sin saber el porqué de su estado. Es que era simplemente algo imposible —o al menos lo era hasta que les sucedió—, el de volver a ser unos niños.

Habían logrado entrar con facilidad a la escuela gracias a los gratos contactos del gran apellido Akashi.

Eran guiados por el director de la escuela, un hombre calvo y viejo, sus ojos a penas si eran visibles, vistiendo un barato traje color gris, quien les iba platicando sobre las reglas de la institución, pero ninguno hacia caso.

—Muy bien este será su salón —dijo parandose frente a la puerta —. Esperen aquí —les ordeno tocando la puerta y una voz le dijo que entrara y así lo hizo.

Después de unos minutos los cinco niños entraron, sorprendiéndose al ver que su maestro era Kuroko Tetsuya vistiendo unos vaqueros gris, camisa blanca y zapatillas deportivas. Al verlos les sonrió. El director se despido saliendo del salón.

—Es un gusto tenerlos aquí —hablo —. Por favor preséntense ante sus compañeros.

El primero fue Akashi, luego Midorima, un Kise muy alegre que dio más datos de los necesarios, le siguió Aomine y al último Murasakibara (que se volvió a presentar como Candy), provocando en los presentes una carcajada.

—Gracias por su presentación. Pueden tomar asiento en donde gusten.

Kise se sentó al lado de una tierna niña de largos cabellos negros y ojos verdes, Akashi se sentó junto con Midorima detrás de ellos Murasakibara y Aomine. Los cinco chicos se sintieron observados; los alumnos de aquella aula no dejaba de mirarlos, más las niñas que no paraban de murmurar lo lindos que eran.

—Bueno —hablo Kuroko llamando así la atención de todos —. Como veo que todos están muy habladores, supongo que le entendieron muy bien al problema, así que no necesitan que lo vuelva a explicar —se iba asentar cuando las quejas comenzaron a atacarlo.

— ¡Kuroko-sensei, no sea malo!

— ¡Vuelva a repetirlo, por favor, Kuroko-sensei!

— ¡Si no nos explica le diremos al director que toma malteadas de vainilla en la clase! —ante aquel reclamo los presentes comenzaron a reí, hasta la generación de los milagros; al parecer su ex compañero no había dejado ciertos hábitos.

—Kano —lo llamo y se acercó al asiento del niño —. Tienes doble tarea por amenazar a tu sensei —se dio media vuelta y regreso al pizarrón.

—No, Kuroko-sensei, no le diré nada al director, pero por favor explíquenos —junto sus manos y sus compañeros lo imitaron mientras decían a coro «Por favor».

Kuroko los miro serio y luego se dirigió al pizarrón para volver a explicar.

—Kuroko-sensei da miedo —comento divertida la niña que estaba al lado de Kise.

—Ya sé, pero no deja de ser tierno —le contesto su compañera de enfrente.

Akashi frunció levemente las cejas antes tal comentario.

...

Las clases surgieron de lo más normal o al menos en lo que cabía, Aomine y Kise, entregaron sus tareas bien y a tiempo, sorprendiendo a Kuroko, Midorima, Murasakibara también habían hecho su trabajo (como era de esperarse) y Akashi, no fue la excepción, entrego el trabajo perfectamente que Kuroko le sacudió las melenas rojizas mientras le dedicaba una sonrisa, un muy leve sonrojo apareció en sus mejillas.