En una tarde normal, de mi vida normal me fui a dar un paseo que pretendía ser normal, solo quería salir, despejar mi mente y regresar a mi casa eso era lo que realmente esperaba; me pare en la puerta de mi casa me puse unas botas ya que parecía que se avecinaba un poco de lluvia, cogí mi abrigo no me despedí de nadie ya que no iba a ser un paseo muy largo, es preciso informar que mi casa queda a las afueras de la ciudad de Montreal al lado de unos hermosos bosques muy altos, o bueno por lo menos eso dicen mis padres ya que a mi parecer tanta tranquilidad tiene algo siniestro.
No se no me agrada mucho a pesar de que usualmente me caracterizan como una persona tranquila y solitaria, por eso siempre que salgo a caminar evito a toda costa adentrarme en esos bosques, solo voy hasta el final de la carretera y regreso, no es muy largo ese trayecto, llegando casi a la mitad del camino sentí algo inexplicable, me quede fría no en el sentido climático era casi como sentir que el hielo recorría mis venas y un escalofrío se esparcía por todo mi cuerpo, me alarme, voltee la cabeza y no había nada ni nadie. Mi temor creció y me volví hacia los bosques esperaba ver algo pero no, todo seguía como de costumbre, normal.
Sin embargo no podía quitarme aquella sensación de mi cuerpo, entonces de repente escuché una voz, al principio no entendí lo que decía se escuchaba muy lejos, recordé que no era la primera vez que me pasaba esto, una especie de flash back se pasó por mi mente, me vi un poco más joven en el bosque sonriéndole a algo, o alguien pero como era esto posible siempre le temí al bosque no podía ser real, sentí que enloquecía así que me tape los oídos y cerré los ojos al cerrarlos sentí mucho mas miedo así que los abrí lo antes que pude y repentinamente me vi cegada por una luz , no podía ver nada todo era muy brillante más que cualquier cosa que hubiese visto antes, más incluso que el mismo sol, comencé a correr no sabía a donde iba seguía sin ver nada sentía al latir de mi corazón era casi como si me fuese a salir por la garganta.
Me tire al suelo sentí que caía sobre algo que parecía pasto, me acurruque y puse la cara contra esa grama, todo tipo de preguntas cruzaban mi mente ¿sería un secuestro?, ¿qué pensarían mis padres?, ¿porque había salido a caminar? Y aún más importante, ¿dónde estaba?, intente calmarme un poco respire hondo aún no podía apartar la cara de suelo tenía mucho miedo, en ese momento volví a escuchar la voz esta vez se me hizo aún más familiar decía -vete- y la sentía más cerca, aparte la cara del suelo finalmente, no lo hice porque estuviera calmada más bien estaba intrigada, sentí que por fin mi monótona vida normal estaba dando un giro no sabía si entusiasmarme o correr era como si estuviera en una lucha entre mi lado temeroso y un lado nuevo que buscaba aventurarse en lo desconocido, un lado valiente.
Me puse de pie analice mis alrededores y sí... estaba en el bosque, los arboles altos todo se veía igual pero no se sentía así, ya no hacía frío, deje mi abrigo en el suelo y comencé a caminar me sentía libre y confiada era el ambiente del bosque sus flores, nada parecido a lo que sentía antes cuando pasaba por el lado de este, en ese instante sentí que alguien me observaba y grite -¡quien está ahí!- pero nadie contesto así que me enoje y en voz baja dije -cobarde- al terminar de decirlo, de un árbol cayó, en frente mío, dejándome fría y muda del susto, era un muchacho estaba tirado en el piso era hermoso tenía el pelo negro, labios delgados y cejas gruesas me sonroje, pero había algo extraño en él; aparte de el hecho de haber aparecido de la nada, se me hacía muy conocido pero había algo dentro de mí que no me dejaba recordar, aun así era muy familiar, me quede observándolo por un rato, no despertaba.
¿Estaría muerto? Me pregunte, mis pensamientos fueron interrumpidos al ver que despertaba no sabía que hacer así que corrí a esconderme, él se levantó, se veía inquieto algo así como preocupado miró hacia arriba y susurro -Tammy si me escuchas vete, regresa a casa no debes estar acá para el anochecer- y se esfumó. Aun me encontraba escondida pensando en si debía hacerle caso pero decidí no hacerlo, debía encontrarlo para averiguar por qué sabía mi nombre, ¿Quién era él? ¿Por qué me conocía?, tenía tantas preguntas, dudas y ninguna respuesta así que me levante y seguí caminando, notaba como se hacía de noche poco a poco, sentía que el miedo me invadía, recordaba la advertencia del muchacho pero mi lado valiente no me permitía dejarme llevar por el miedo.
Así que continúe sin rumbo hasta que vi unas pisadas, pensé que tal vez eran de él por lo tanto las seguí hasta una casa que tenía paredes de piedra, una ventana pequeña y una puerta de madera muy hermosa, me asome por la pequeña ventana pero no veía nada, todo estaba muy oscuro, de repente sentí la respiración de alguien detrás de mí, me voltee rápidamente y lo vi, sus ojos eran marrón claro, tenía la mirada más intimidante que alguna vez hubiese visto, me quede callada como la primera vez que lo vi, todas las preguntas que tenía para el cruzaban mi mente y aun así no podía musitar palabra, súbitamente empujó mi cuerpo contra la pared de la casa y se acercó a mí, me miró con rabia y dijo - ¿no te dije que te fueras?, sigues siendo igual de terca ahora estas en peligro- lo aparte, roja del coraje y lo único que pude preguntarle fue quien eres, me miró, se rasco la cabeza con una expresión de frustración y me dijo -entra- abrió la puerta y me hizo una seña para que entrara yo me negué - no eres nadie para mandarme, no te conozco- -me conoces mejor de lo que crees- dijo él y entro.
Me quede afuera hasta que escuche una risa aterradora, así que corrí y entre, él me miro, le dije - ¿escuchaste eso?- -si es mejor que te escondas- dijo el con una expresión de preocupación cada vez más notoria, me echo un polvo extraño encima y me hizo señas para que me escondiera bajo su cama. Todo fue silencio por unos minutos, el tipo de tranquilidad que siempre considere siniestra de pronto fue interrumpida por un estruendo afuera y por consiguiente tres golpes secos a la puerta de madera que se abrió. Alcancé a ver unos horribles pies con uñas largas parecían más bien garras, se acercó a él y le dijo -a la media noche te espero- con una voz ronca y perturbadora, al terminar la oración se volteo y se marchó; yo seguía debajo de la cama, mi lado valiente se sentía derrotado la incertidumbre se apodero de mí , el cerró la puerta y se agacho lo vi me sentí un poco más tranquila, acerco su mano para ayudarme a salir, nos quedamos frente a frente mirándonos sin decir nada todo se tornó un poco incómodo así que pregunte- ¿qué era eso que me arrojaste encima?- -algo para que Elizabeth no te viera- dijo sin siquiera mírame a los ojos, sentí un impulso tenía que resolver mis dudas y antes de poder hablar me dijo -yo borre tu memoria por eso no me reconoces ni a mí ni a ella- volvió a dejarme muda esto se le estaba convirtiendo en una pésima costumbre, al ver mi confusión saco una silla de madera que estaba en la esquina de la casa y me hizo una seña para que me sentara, lo hice, él se sentó en la cama y dijo - te conozco Tammy desde hace un tiempo ya, no es la primera vez que te apareces por acá, viniste hace más o menos un año aunque eso no lo sé con exactitud ya que acá eso del tiempo digamos que en este lugar no es muy relevante, se suponía que no volverías que seguirías con tu vida normal que le temerías al bosque no dejaré que pase de nuevo casi te pierdo una vez, iras al lugar en donde apareciste y volverás como lo hiciste antes.- no me negué me volví a sentir como la misma niña que era antes de entrar a ese extraño lugar, la misma niña con miedos era como si mi valentía me hubiese abandonado por completo, me llevo al lugar donde aparecí, se acercó a mí me beso la frente y se alejó.
Todo se sentía tan familiar pero aun así no podía recordar estaba completamente abrumada no obstante solo vino a mi mente un nombre y lo dije -Anthony- el volteo al oír eso se inquietó y comenzó a correr hacia mí, segundos antes de alcanzarme la misma luz apareció, me aturdió no podía ver nada y de repente recordé todo lo que había borrado: a Elizabeth, Anthony, lo que habíamos vivido paso todo muy rapido por mi mente, estaba enojada me había obligado a abandonarlo antes y lo había hecho otra vez, quería volver debía sacarlo de ahí. La luz se disipo estaba de nuevo en el camino era de noche corrí al bosque, grite pero él no respondió decepcionada volví a mi casa, día tras día durante todo el año intenté volver al otro bosque pero nada pasaba, lo único de lo que estaba segura era de que nunca me rendiría y Anthony volvería a mí.
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El otro bosque
Teen Fiction¿tranquilidad? ¿normalidad? ¿miedo? palabras como estas estaban perdiendo el significado para Tammy Durham, quien con su vida típica llena de rutinas e igual a la de los demás resulto teniendo un detalle un poco particular, ese detalle tiene nombre...