Algo más que una vida (Parado)

Capítulo 2: Cuando dos almas se encuentran

- 7:50. Ves ¡hemos llegado a tiempo!- le dije a mi padre medio burlandome.
- Anda tira, que como no entres, ahí si que llegaras tarde.- dándome una colleja.

Me bajé del coche un poco nervioso. Pensando en que pasará ese mismo año, hacia donde se dirigirá mi camino.
No sentía las piernas. Mi padre ya se había ido, y yo me había quedado paralizado en el mismo sitio.
Inspiré, expiré, y seguí adelante. Antes de que me pudiera dar cuenta ya estaba en el aula que me tocaba. Donde todo iba a volver a empezar.

Miré alrededor de mi, me daba curiosidad de ver que tipo de personas habían en esa misma aula. Pensé que seria bueno que el primer día aunque sea, consiguiera hablar con alguien. Hacer amigos, y eso.
Me acerqué al chico más cercano a mi, se me hacía extraño, era un poco, llamemosle X. Un nerd por completo. Un geek. Bueno, alguien como yo fin y al cabo.

- Hey ¿qué tal? Me llamo...
- No, no, no, no. No necesito saber tu nombre. Soy Dan, encantado. Considerame ya amigo tuyo, supongo que es por eso que has venido a hablar conmigo ¿no? No mucha gente se acercaría a alguien como yo. Por lo que veo eres nuevo ¿verdad? No pasa nada, yo seré tu guía. El primer día es mas difícil de lo que parece.
- Pues, gracias. Supongo.

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La primera hora acabó, y como yo no sabia a dónde tenia que ir, Dan, como dijo antes me hizo de guía por todo el instituto.

- Y éste es el laboratorio de ciencias. Y por ultimo ya tenemos el gimnasio, aquí es dónde el mayor del tiempo sufrirás.
- ¿Por qué?
- Mira, una de las cosas que debes aprender es, aquí nunca se pregunta el POR QUÉ de las cosas. Así son, y así serán. Además, mañana tienes clase aquí a primera hora, ya veras porque lo digo.- se río un buen rato- Bueno ¿seguimos? Debería enseñarte...¿Eh, te encuentras bien?

No me había enterado de la mayor parte de la explicación de Dan, no podía para de mirarla. Era tan. No hay palabras para describirla. Dan me pellizcó.

-¿Estás bien? Se puede saber que te ha pasado...Ah, ya entiendo.- sonrió y me dio un codazo.- Nadie tiene posibilidades con ella, nosostros estamos en otro nivel. Deja de darle vueltas.
- ¿Qué? ¿Enserio? Y nosotros en que nivel estamos...ahora que somos ¿"POKEMONS"?
- Tu dejalo ahí, que sepas que yo te he avisado.

No podía dejar de mirarla, era una de las chicas más, no quiero parecer cursi ni nada, pero era una de las chicas más guapas que había visto nunca.
Pelo largo color castaño, ojos verdes y una gran sonrisa. No podía ni moverme, soy súper vergonzoso y no se como pude haberme quedado ahí pasmado sin pestañear mirándola.
Dan, me empujo y me llevo por otro pasillo.

- Debes entender que no puedes ni acercarte, ni mirarla. Como vea que has hecho alguna cosa de esas dos no dudes en que o te pegará una bofetada, o diga que eres un acosador. Lo digo por experiencia, así que mejor ni lo intentes.
- ¿Sabes lo que no entiendo? Que tengamos que ser unos mas diferentes que otros. Si estudiamos en el mismo instituto será porque somos iguales. Mismos derechos, mismas leyes ¿o no?
- Porque tengamos los mismos derechos, leyes, creencias, e incluso ideas mismas, no nos hace iguales a los demás. Todos somos diferentes a la persona que tenemos a la derecha, y mas aún a la que tenemos a la izquierda. No somos nada, tan solo polvo. Enserio, dejalo estar, sigamos con lo nuestro.
- Por lo menos dime como se llama ¿no? Sería lo justo.
- Se llama Lidia.- se rió mientras me mira- venga va, que sino no te podré enseñar algo que tienes que ver si o si.

Me había encantado su sonrisa, y bueno, ahora su nombre más. No creo que esto sea el destino, ni menos. Pero supongo que por algo ha pasado ¿no?. Nada pasa por casualidad, siempre hay alguna razón.

- Ahora, tan solo tengo que hablar con ella.- susurré mientras me tapaba la boca haciendo como que tosía.
- ¿Has dicho algo?
- No, no. Prosigamos.