Oigo una bocina que indica el final del partido, haciendome saltar sin pensar que estoy encima de unas cuchillas sobre agua congelada.
-¡GANAMOOOOS!-Grito abrazando a Jake, mi compañero de equipo.
-¡SOMOS LOS MEJOREEEEEES!-Grita Jhon uniéndose a nuestro abrazo, al que se suman todos los del equipo, haciendo una bola humana, parece agobiante, pero este tipo de cosas me encantan, el compañerismo que hay en nuestro equipo.
-¡VAMOS A LA SEMIFINAAL CHICOOOS!-Exclama Patrick, el entrenador, uniéndose a nosotros.
-Me... Ahogo...-Digo cuando empiezo a notar que me falta el aire.-Ox... Oxígeno...-Alzo una mano sobre las cabezas de mis compañeros.
Todos me ven, pues yo estoy en el centro del abrazo y a mi me aplasta toda la fuerza que tienen estos Hulks.
-¡Ah! Sí, perdón, a veces se me olvida que eres una chica.-Dice riendo Jhon.
-¡Eh!¡Que yo soy muy femenina!-Digo fingiendo enfado con unos pucheros y el ceño fruncido.
-El diente roto que le has dejado al tío del equipo contrario no opina lo mismo.-Responde Jake sonriendo.
-Cierto, cierto.-Acepto con una sonrisa aún mayor.
-¡Hora de cambiarse!¡A los vestuarios!-Grita Patrick por encima de nuestras voces.
Nos dirigimos al vestuario, al cual yo me adentro y los chicos se quedan fuera en unos bancos de madera color clara esperando. Solo hay un vestuario, pues se supone que todos los del equipo son del mismo sexo.
-Sigo sin entender porqué ella se cambia antes que nosotros.-Bufa Jhon, con la barbilla apoyada en la palma de la mano.
Me asomo a la puerta, todavía con el equipamento puesto.
-Porque si no fuese por mí perderiais todos los partidos.-Contesto sacando la lengua con el ceño fruncido y volviendo a adentrarme al baño.
Me acerco a mi taquilla, la cual es la única que tiene una bolsa fucsia a los pies para llevar los patines tras el partido, abro la puertecita de metal azul y empiezo a cambiarme.
Al salir, ya cambiada y con la mochila al hombro y con los patines guardados en la mano izquierda, me encuentro a los chicos, hablando entre ellos, con cara de cansancio, cuando se percatan de mi presencia, me miran con caras de asesinos seriales.
-Si que te has tomado tu tiempo.-Dice uno de mis compañeros.
Todos se levantan y se meten en el vestuario a golpes, por ver quien entra antes.
-¡Hey, Mich!-Exclama Jake, uno de mis mejores amigos del equipo.
-¿Sí?-Pregunto girando sobre mis talones para estar frente a él.
-Buen partido, el punto del final ha sigo genial.-Dice sonriendo divertido.
-Si.-Respondo riendome al recordar el ultimo punto marcado por mí. Estaba yendo con el puck delante mío a toda velocidad hacia la portería contraria, ya estaba en nuestra zona de ataque, entonces me percato de que uno del equipo contrario me sigue a centímetros de distancia, y aprovechando la cercanía, coloqué de forma brusca el pie de forma horizontal, haciéndome frenar en seco y que unos fragmentos pequeños de hielo salten.
A los pocos segundos, el contrincante que tenía detrás impacta contra mi espalda, a lo que yo tomo como entrada para seguir deslizándome sobre el hielo, moviendo el puck para que no cambie de dueño.
Me voy acercando con gran velocidad a la portería, donde el portero está con las rodillas flexionadas y los brazos extendidos, me mira con fijación, analizando mis movimientos.
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Stick
Teen FictionLos «Quebec Nordiques», el equipo de hockey de la ciudad que el propio nombre indica, posee un grupo masculino, o... casi masculino, excluyéndome a mí, Michelle Collins, la única chica del equipo. Se suponía que no iba a haber ningún problema por me...