Por poco no me desmayo.
¡¿Que hace Jay aquí?!Al parecer Ash también le ha reconocido, porque tiene la tez más pálida y me sujeta fuertemente del brazo. Me suelta y se acerca a él amenazante.
-¿Qué cojones haces aquí?- está tan confundida como yo, pero ha reaccionado más rápido (aunque sea de forma violenta)-.-Oh, Jay... ¿Qué...?-no puedo decir más-.
-¡Ash, Ashley! Supongo que estaréis confusos, pero no tiene más vuelta de ojalá que, por vuestras redes sociales, investigué hasta encontrar vuestra escuela, y con todo lo que tú me dijiste... ¡¿No es emocionante?!
-Puto enfermo.
-No esperaba otra reacción de ti, Ashley... Pero bueno, Ash, ¿no te alegras de verte?
Al momento se acerca, me abraza, y siento algo que no tiene nada que ver con cualquier cosa anterior.
-Jay, necesitaría más explicaciones, entiende que estemos así...
-Lo entiendo, por supuesto que lo entiendo, pero espero que te alegres de verme, porque si no...-puso una fingida mueca de tristeza-.
-Vale, sí puede que me alegre... Pero tenemos que ir a clase...
-Oh, ¡pues vamos!
Y así el día, Jay con evasivas, Ash mirando mal a Jay, y yo sin saber que hacer.
En serio ¿todo tiene que ser tan complicado? Jay estaba bien en Alaska, nosotros estabamos bien aquí...
¿Por qué me da que todo va a cambiar?
Al salir, Ash y yo vamos juntos, sin esperar siquiera a Jay.
Pero, como es de esperar, le oímos gritar desde la puerta como un energúmeno.
-¡ASH! ¡¡ESPERAAAAAAAA!!-cuando llega le falta aire, y tiene que pararse a tomarlo-.
-Vamos no me jodas.
Ashley no se molesta ni en mirarlo, simplemente sigue andando. Yo, sin embargo, si le espero, pero porque me da pena que haya tenido que correr tanto.
Cuando ella nota que yo no he seguido, se para, da la vuelta y pone los ojos en blanco.-Oh, sí. Ayuda a este demente a llegar a tu casa a ver si mata a toda tu familia. No me mires así Jay. Todos los psicópatas empiezan así y tu expediente médico no es que sea el mejor.
-Pues anda que el tuyo...
-¡Venga! ¡Está cansado!-me giro hacia Jay y me mira cansado, con sus ojos marrones como el chocolate-. ¿Quieres agua?
Saco la botella de mi mochila y se la doy. Me lo agradece con un suave gesto mientras bebe.Cuando veo que se incorpora comienzo a andar con él a mi lado. Ash nos espera, y cuando llegamos a donde está ella, comienza a andar.
Y entre silencios incómodos y palabras sueltas, llegamos hasta el cruce en el que Ash y yo nos solemos separar. Entonces, Ashley se va y yo me quedo solo con Jay.
Entonces solo hay silencio incómodo.
Llegamos hasta mi casa y cuando me comienzo a despedir de él, se acerca y me besa. Me besa, me besa, me besa.
Ay. Dios. Mío.
Cuando se aparta solo puedo pensar: ¡¡QUÉ ACABA DE PASAR DIOS MIO QUÉ QUÉ QUÉ QUÉ AHHHHHHHHH!!
Me quedo paralizado. No sé que hacer, y lo único que se me ocurre en ese momento es darle otro beso, esta vez más largo.
Sabe dulce como la miel. Es suave. Me gusta, me gusta mucho.
Mientras una parte de mí disfruta, la otra se pregunta qué cojones acaba de pasar.
Vale que no es mi primer beso en general, pero sí mi primer beso con un chico.
Y yo que me consideraba bisexual...
Me suelta y de repente estamos mirándonos. Qué ojos más bonitos.
Despierto del trance y me despido con un abrazo y un adiós a media voz.Llego a mi casa, como estoy solo, me pongo Fall Out Boys al máximo mientras canto agudo mirándome al espejo de mi salón.
Observo como mis bucles rojos bailan y saltan, como mis ojos claros destacan en mi piel pálida y pecosa.
No estoy tan, tan mal.
Bueno, al menos para Jay no debo de estar tan mal.
Con este sentimiento dentro no puedo evitar soltar un gritito, qué se le va a hacer.
Y no sé que pasó de verdad en esa tarde, que de verdad que algo cambió en mí.
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Tras las cenizas
Fiction généraleAsh no es un chico depresivo, no es un héroe, no es un revolucionario, ni el creador de la vacuna más importante, lo sabe, le da muy igual. Él es un adolescente normal y corriente, con amigos normales, dentro de unos límites, su vida es más que norm...