Tapo mi oídos al escuchar a mamá llorar y a él gritar...
Lo escucho subir, va con Josh y no puedo permitirlo, no puedo.
Me levanto y corro. Veo como esta a punto de golpearlo pero me interpongo y siento el golpe de su puño contra mi mejilla aturdirme y casi caigo al piso. Josh grita, mamá sigue abajo llorando, por que es cobarde, por que tiene miedo de él, por que él es mas importante que sus propios hijos. Esta bien, da igual, yo seré la que tome todas las responsabilidades.
Tome a Josh y lo cargue, por que es demasiado delgado y ligero lo lleve a mi habitación y cerré con seguro. Saque una escalera de mantas de emergencia por si algo de esto pasaba y le sonreí.
—Esta bien —Le dije y le limpie las lagrimas —¿Conoces a Mario? —Asintió.
—Ve con él... dos cuadras de aquí, la quinta de la esquina derecha... Se valiente, yo voy a estar bien. Veras que pronto seremos una familia unida.
Cerré los ojos.
He contado hasta el número tresmil...
Rompió la puerta. Y entro. Me mordí los labios, ya estaba decidido.
"Tres mil doscientos, tres mil doscientos uno..."
Golpes, sangre. Golpes sangre.
Oh, por favor ya para.