Querido Zayn. ❀malik❀

○14○ ¡Te encontré!

Tecleo de manera rápida y precisa un mensaje a Perrie tal y como se lo había prometido la noche anterior. No me esmero mucho en el, creo que un simple ❝buen día nena, espero que la pases bien hoy xx❞ basta para que ella esté feliz, ¿no?

Además, se supone que debe ser una conversación normal y tranquila, tampoco es que vamos a tocar temas delicados.

Pongo todo de mi parte para ser atento y cariñoso con ella, pero después del sexto mensaje que intercambiamos, comienzo a desear que la conversación acabe pronto.

Un par de mensajes después, Perrie se despide diciendo que tiene que entrar al estudio de grabación y me alegro que sea ella quién termine con esto.

Respondo un par de mensajes que tengo pendientes esperando que la lluvia cese un poco, pero en su lugar, va aumentando cada segundo que pasa.

Algunos minutos más tarde, dejo el celular sobre un estante y camino en dirección al baño que está dentro de mi habitación. Me apresuro en lavarme los dientes y me pongo algo de loción, a pesar de no tener cabello paso mis manos por mi cabeza por incercia, intentando peinar mi inexistente cabello.

Una vez que he terminado me asomo por la ventana del baño la cuál está totalmente empañada y mojada debido a la fuerte lluvia que cubre Bradford esta tarde. Es demasiada agua cayendo con demasiada fuerza.

Es patético.

Aquí y en toda Inglaterra llueve muy seguido, incluso a diario, pero en este lugar jamás a llovido de la manera en la que lo hace ahora.

Parece un diluvio. En serio, es patético.

Odio esto. Una de las cosas que más detesto es salir en medio de una tormenta, detesto salir y mojarme, detesto que el cielo este gris y que las nubes liberen tanta agua.

Detesto la lluvia.

Pero no pienso permitir que el clima arruine mi plan de salir esta tarde.

En realidad no pienso permitir que nada ni nadie arruine mi encuentro con Greece.

Y si para eso debo salir en medio de la lluvia, lo haré.

Dejo de observar por la ventana para terminar de abrocharme el sweater, busco mi billetera y las llaves de mi auto, las cuáles no encuentro por ningún lugar.

Reviso en mis muebles, en mi armario, en mis jeans, incluso debajo de mi cama, pero no logro encontrarlas.

Bajo con velocidad las escaleras para llegar al primer piso y continuar con mi búsqueda, pero no las encuenro. ¿Dónde mierda pueden estar?

—Mamá! —grito esperando que me escuche, pero no me responde. —¡Mamá!

Ella sale de la cocina unos segundos después con una olla en sus manos. Su ceño está ligeramente fruncido.

—¿Qué sucede, Zayn? ¿Por qué gritas tanto?

—Porque necesito hacerte una pregunta.

—Entonces hazla rápido porque la cena no se hará sola. —ella rueda los ojos con notable molestia.

—Solo quiero saber si has visto las llaves de mi auto, las he buscado por todo lugar y no las encuentro.

—Es que Doniya salió un momento en tu auto y...

—¿Qué ella hizo qué? —levanto mi voz más de lo normal, casi como un grito. Casi.

—No es necesario que grites, Zayn. —me reprende haciendo un gesto de dolor, quizás hablé demasiado fuerte. —Además, tu hermana debe estar por llegar, así que relájate.