Muriendo lento

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Era tiempo de hacer algo, aunque podría esperar a mañana e ir a la escuela, y muchas de mis dudas quedarían aclaradas mientras otras nuevas vendrían como bombas una tras otra, entonces tal vez era mala idea esperar, tenía que hacer algo justo ahora.

Me encontraba en mi cuarto, casi a oscuras, con apenas una luz tenue que entraba por entre las dos cortinas tratando de poner todo en orden en mi cabeza, había descansado solo un rato antes de ir al gimnasio de boxeo que solía visitar y dar unos buenos golpes al costal y quizás a algún buen rival, eso serviría para desahogarme un poco, me subí al auto y me fui.

Había llegado al gimnasio y no era siquiera lo que recordaba, al menos algunas cosas estaban en su lugar, rodee mis nudillos con un par de vendas blancas y un par de guantes color negro.

Después de unos cuantos rounds e intercambiar golpes con mi rival y esquivar sus golpes, el cedió cayendo agotado y así la pelea acabó llevándome una gran victoria, en toda la pelea no pude parar de pensar en Abby, imaginaba que ella estaba ahí viéndome, lo que me daba fuerzas para seguir, pero nada era igual sin ella.

Estaba en las duchas solo con la agradable luz tenue que pasaba por la ventanilla de arriba, y pensaba una y otra vez en ella, donde se encontraría, que hacía, ¿estará pensando en mí como yo pienso en ella?

Recordé también las veces que le enseñé a defenderse, se veía tan tierna con los guantes puestos y lanzando golpes que a penas y sentía mientras me miraba con aquella mirada juguetona y esa sonrisa que tanto me encantaba.

Tomé mis cosas y me dirigí al auto, pasé por sus lugares favoritos pero no encontré resultados, y tampoco podía ir a su casa ya que ahí ella ya no vivía y dudo que lo hiciera alguna vez, al menos aquí.

Me dirigí a casa de América, era todo lo que se me ocurrió, al menos ella seguía siendo mi mejor amiga en este lugar, toque la puerta de su casa y me invitó a pasar, platicamos de muchas cosas, eso sirvió para darme un ultimatum de lo que había estado pasando en este lugar y así familiarizarme con todo.

Era hora ver como le iba a Diego así que lo llamé.

-Hey Diego

-Qué bueno que llamas! no creerás todo lo que esta pasando y la cantidad de personas que he conocido

-Bien eso sirve mucho, busca más informaci...

-Cierra la boca un momento! viejo encontré a Sara!

-Qué? eso es bastante bueno pero...

-Bueno? no seas tonto es más que eso, no adivinarás con quien estará mañana en la plaza Gallery!

-Quién?!

Era obvio a hacia donde iba esto...

-Abby, Gerard! Abby!

Un alivio enorme me invadió a la vez que me sentí la persona más feliz el mundo al saber esto, caray sentía que moría al no saber nada de ella pero mañana la veré al fin!

-Debemos ir Diego!

-Pero claro que iremos, unos ''amigos'' dicen que estarán allá por la tarde.

-Bien esperaré con ansias el día de mañana.

-Ya somos dos, puede que aquí tenga más oportunidad con Sara.

-Diego recuerda que esta no es nuestra vida y que nos iremos pronto, no te hagas ilusiones.

-Cierto, perdona, es solo que me emocionó la idea, cambio y fuera, te llamo mañana.

-Bien, adiós.

Ya era hora, al fin tenía noticias de Abby, por fin la veré mañana, aunque mi cabeza seguía explotando de solo pensar que ella no era realmente ella, más que un clon que el universo creó o algo por el estilo al igual que las demás personas de aquí, pero también podría estarme equivocando, tal vez todo era paranoia mía, se que son versiones alternas pero puede que después de todo si sea ella.

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