Sonata (2)

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Se acercó un poco más, dudoso. Su alivio de sentirse solo se había desvanecido por completo. Pronto estuvo lo suficientemente cerca para darse cuenta que el instrumento que aquellas delicadas manos sostenían era efectivamente un violín, como lo había imaginado, pero su sorpresa llegó cuando las notas cobraron sentido y pudo reconocer la obra.Una versión en violín, impecable, de una de sus piezas favoritas de Beethoven,  "Sonata a la luz de la luna".

Le costo unos instantes salir del trance que le provocaba la música, pero cuando logró fijarse en ella la detallo minuciosamente. Tez pálida, pero con gracia, cabello rubio con algunos mechones marrones, rasgos finos y delicados, resaltados por una nariz terminada en punta, sus labios lucían tiernos y suaves. Sus manos eran poco perceptibles, debido a los rápidos movimientos con los que tocaba, pero aun así pudo detallarla en profundidad... Después de haberla inspeccionado ansiosa y detalladamente, se dio cuenta que había algo que había pasado por alto, sus ojos, los tenía cerrados, por lo cual no podía apreciarlos.

A pesar de su infinita curiosidad, no quería interrumpirle. Sin poder hacer más, decidió cerrar también los ojos y dejarse llevar por la música. Pasaron unos instantes embriagadores, la sensación que le provocaba la música era inigualable. 

Cuando llego el último crescendo, y con el, el final, el cuerpo de los dos se consumía en éxtasis, el de el por  la sensación de confort y placer que le daba la pieza y el de ella por la excitación de interpretar la melodía y sentirse observada.

A pesar de sus ojos cerrados había sentido la presencia de un espectador tiempo atrás, más o menos a la mitad de la canción. Los dos abrieron sus ojos lentamente, a la par y se quedaron viendo al otro. Tal vez la influencia de la música tuvo algo que ver, pero, apenas pudo detallar los ojos de ella, se quedo petrificado, eran de un azul claro que denotaba fuerza e inocencia.

Ella, en vista de que él no podía articular ninguna palabra, soltó suspicazmente

-¿Así de mal lo hago?

El trato de volver en si, pero, las palabras lo traicionaron y solo logró balbucear un par de silabas ininteligibles

-¿Dime?, No te logro escuchar

- Estuvo magnífico

-¿Es enserio o lo dices solamente por cortesía?

-Totalmente enserio, me encantó

- Jaja Está bien, te creeré esta vez únicamente por la cara de tonto que estas haciendo

El silencio volvió a reinar un par de segundos hasta que ella le preguntó:

-¿Y tu nombre es?

- E e e  Ethan -logró soltar en balbuceos- ¿Y el tuyo?

- Me llamo Annie, gusto en conocerte.

Se quedaron un rato ahí sin más, mirándose el uno al otro.




Flores MarchitasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora