Abrí mis parpados y él estaba sacudiendome los hombros.
-Leo por favor reacciona!! Di algo!!- decia mientras me agitaba.
-Detente, me estas haciendo un licuado cerebral.- conseguí decir.
El se detuvo y me recosto sobre la pared nuevamente.
-¿Estas bien?- pregunto con voz suave.
-Si, solo necesito un minuto.-
Espere unos segundos a que mi vista se acomodara, una vez hecho intente levantarme pero no pude, él me detuvo.
-¿Qué haces?- le pregunté algo sorprendido.
- Necesitas descansar, no dejare que te levantes y hagas como si nada paso.- explica él.
-No necesito descansar más, ya estoy bien.- insisto. -Muevete.-
Él no me hace caso.
-O te apartas o te aparto.- advierto.
-No podrás hacerme nada, estas muy debíl para eso, necesitas descansar.- insiste él.
No puedo evitar reir un poco.
-Escucha, contaré hasta tres.- repito. -Si no te apartas te apartaré.-
Él se mantiene firme en su posición.
-Haz lo que te convenga hombre.-
-Tú deberías hacer lo que te convenga.- responde él.
Enarco una ceja incredulo.
-Uno.- empiezo a contar.
Él no se mueve.
-Dos.-
Nada, se mantiene firme. Me preparo para lanzar un golpe.
-¡Tres!- termino la cuenta.
Lanzó un puñetazo con mi derecha y él lo esquiva.
¿Acaso se le olvido el detalle de que aún tengo dos brazos?
Esquivo mi derecha pero se encontro con mi izquierda justo en su cara.
Me levante solito y seguí mi camino por el pasillo.
-HIJO DE.....- comenzó a insultarme sobandose su mejilla derecha, donde impacto el golpe.
-No te quejes, te advertí.- río por dentro.
-¡¿Que sucede contigo?!- cuestiona - Te ayudo y tu me golpeas.-
Yo solo río un poco.
-Repito, yo te advertí.- me dirijo hacia él.
-¡Pero no creí que lo harías!- vuelve a quejarse.
Yo vuelvo a reír.
-Esa ya es cosa tuya.-
Su cara es tan graciosa, esta sorprendido y furioso al mismo tiempo. Creanme me estoy aguantando una carcajada.
Sigo caminando por el pasillo buscando la puerta ¿Por qué me esta costando tanto encontrarla?
-Simplemente no lo entiendo.- dice en medio del silencio -¿Cómo es que en esas condiciones puedes andar caminando tan tranquilamente? ¿Como es que siquiera tienes fuerzas aún?- pregunta él. -Cualquier persona en tus condiciones estaría sin poder moverse mucho, o permanentemente inconciente.-
Me quedo callado y sigo mi camino.
-No importa cuanto lo piense, no me aparece una explicación demasiado logica.-
ESTÁS LEYENDO
Sacrificios
AçãoLeonoro warner (Leo, como le dice todo el mundo) es un adolescente de unos 17 años, es como cualquier persona normal, a excepción de una cosa, el es buscado continuamente por algunas organizaciones, varias veces lo han atrapado pero había logrado e...