corazón ardiente //indra//

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Contuvo la respiración retrocediendo un par de pasos por primera vez en años sentía miedo  plagando su torrente sanguíneo. el hombre frente a ella que se veía omnipotente la ponía mas nerviosa y no la dejaba pensar con claridad. sin embargo...

—Así que tú eres... el demonio del que todos hablan y aquel que ha matado a las mujeres, hombres y niños de aquel pueblo.—

—si—afirmo sin una pisca de arrepentimiento en sus palabras.

Haru enarco una ceja con desconcierto. No sabía porque su respuesta le sorprendía y decepcionaba al mismo tiempo, pero tal vez, solo tal vez ella quería escuchar que él no era el culpable—"como era de esperarse de un demonio" —se dijo para sí misma, asimismo sus piernas no podían evitar dejar de temblar parecía que en cualquier momento estas la dejarían para desplomarse en el suelo, no obstante observo atentamente el lugar tratando de buscar una apertura para poder escapar—tal y como me lo imaginaba... no tienes sentimientos.

Él la miraba sin expresión alguna, ignorando por completo lo que ella le decía, por otra parte notando como su cuerpo temblaba—¿tienes miedo?—le pregunto.

Haru lo miro estupefacta por su pregunta, lo tenía, tenía tanto miedo, pero aun así, lo único, que salió de sus labios fue una palabra de esperanza y negación—no tengo...no tengo miedo—dijo incorporándose y tratando desesperadamente de calmar su cuerpo tembloroso.

—¿No tienes miedo?—repitió incrédulo por lo que oía.

El noto como su cuerpo había dejado las vibraciones y ahora lucia más firme, cerró los ojos por un momento—tienes que estar loca o es acaso una especie de broma—los volvió abrir incrustándole la mirada nuevamente—Es el fin. Vas a morir aquí, sin poder tocar a nadie, sin ver a las personas que amas, totalmente sola y sin nadie que te recuerde, entonces ¿Por qué?...¿por qué no tienes miedo?

—...—

—te pregunte; ¿el por qué no tenías miedo?

Respiro hondo y luego exhalo con calma—Porque tengo la esperanza en que escapare y aun que muera, no estaré sola y mucho menos seré olvidada— haru puso su mano en su pecho y aparto la mirada. el solo la miraba sin comprender tal sonrisa en su rostro y tal tranquilidad con la que lo decía, si hace unos momentos estaba en pánico, mejor dicho paralizada ante su presencia, entonces ¿Por qué? ¿Por qué dice eso?. Pensó y no dijo nada, simplemente se dedicó a escucharla—porque mi madre, padre, amigos y hermana yo siempre estaré en el corazón de todos...y además...

—lo miro—tú estás conmigo, es por eso que no estaré sola—sonrió.

—Que patético—dijo con un semblante serio. —así que no tienes miedo solo porque serás recordada por las personas que amas y porque estoy contigo.

—...si—

Al escucharla sus ojos se ampliaron un poco sorprendido, de igual modo sonrió, mientras levantaba su mano y la estiraba hacia el frente con la palma abierta como si tratara de agarrar algo. —algo así...¿hablas enserio?—ella asintió. Él, al ver tal resolución la fulmino con la mirada, robándole el aliento, mientras una sonrisa ladina aparecía—seguirás pensando lo mismo si te arranco las piernas, los brazos—su mano ahora a punto a su rostro, mientras dos de sus dedos se posaban en el punto de visión de la oji jade—tus ojos—y lentamente bajo hasta su pecho—o si sacara tu corazón, causándote dolor lentamente. ¿Aun así me dirás que no tienes miedo?

—si—su tono fue más seguro—no tengo miedo.

Él entrecerró los ojos un poco, ya sabía que a pesar de ver el pánico dentro de ella, esa mujer no se doblegaría, aunque estuviera al borde de la muerte...ella era sin duda  fuerte—entiendo. —bajando su brazo. —puedes irte.