Todo por accidente

Capítulo 1:

La noticia de que el cantautor estadounidense, rey de la bachata, volvía a dar dos shows exclusivos en Buenos Aires, corrió demasiado rápido y las Romeistas de esa iluminada ciudad no se lo querían perder. Entre esas fanáticas había una especial, de otra forma de la palabra "especial", porque para Romeo todas eran especiales. Fiama Astori, una joven de veinte años estudiante de medicina, es la mayor de sus hermanos pero, al parecer, es la única hija mujer. Ella, es totalmente natural, no teme decir lo que siente, pero cuando algo está mal o está por ponerse de una forma que no se puede comprender, trata de solucionarlo antes que todos comiencen a criticar con esas boquitas que Dios les dio, con veneno el cual un día iban a envenenarse ellos mismos por hablar mal de los demás. Fiama es muy compañera de su madre, gracias a eso su madre consigue que vaya a donde quiera, tenga lo que se le dé la gana y demás, solo por ayudar y ser la mejor estudiante de la familia.

Cuando esta joven castaña escucho la noticia no dudo en consultar con su madre si la dejaba ir, está malcriando de un buen modo a su única compañera mujer, siempre acudía, pero a diferencia de otras veces, le indico que eligiera a alguien más para ir, ya que ella tenía planes para el día del show con sus hijos varones y su marido. En los temas familiares, Fiama siempre desaparecía en su mundo, su habitación o su apartamento, donde tenía sus cosas, pero no tenía el valor de dejar sola a su madre. Su padre y sus hermanos eran muy difíciles de tratar y si ella dejaba la casa, ellos tratarían a su madre como si fuera una sirvienta.

-Puedo ir con la tía-propuso Fiama dejando el plato en el lavado-. A ella también le gusta Romeo.

-Tendrías que preguntarle, si para ese día está libre-respondió Francesca, su madre.

-Sí, pero creo que Demian la va a soltar esa noche, justo ese día tiene que salir con su novia nueva, y como siempre la tía sin su hijo al lado se preocupa cada dos por tres-hizo una pequeña pausa-. Sería mejor que despeje un poco la cabeza con la música ¿No?

-Puede ser-murmuro su madre con un delicado asentó italiano.

En ese momento escucharon el timbre. Fiama antes de que su padre grite por haber oído tres veces el endemoniado timbre, salió de la cocina y se dirigió a la puerta. Abrió y se encontró con la novia de su hermano Gian, de dieciocho años al igual que su "novia" u otra de sus conquistas.

-Buenas tardes, soy Juliana-saludo tímidamente la joven colorada, al igual que su tono de piel, estaba ruborizada.

-Buenas tardes, ¿A quién vienes a buscar?-pregunto amablemente.

-A Gian-respondió sonrojándose más.

-Brad Pitt, te buscan-grito Fiama y su hermano apareció rápidamente. Ella antes que la joven contesto-. Es Juliana.

Él se acercó a la joven de la puerta y saludo en italiano. Juliana ya estaba roja, Fiama sonrió y se volvió a ir a la cocina, pensando en que la joven ganaría muchas cosas por estar roja, aparte de que ya se ganó a Gian, este nunca habría recibido de esa forma a alguna de sus conquistas y menos delante de su hermana.

-¿Quién era?-pregunto Francesca cuando vio a su hija entrar a la cocina.

-Creo que es novia de Gian-respondió sentándose en la mesada junto al plato hondo con las manzanas.

-¿La novia de Gian? Pero, el no... bueno esperemos que sea cierto y que no juegue con ninguna jovencita.

-Mamá, pareces una santa hablando de esa manera, como si no supieras que tu hijo en cualquier momento se mete en más líos de los que ya se metió en todos estos años que lleva siendo adolescente. Ya va a ser un adulto-. Hizo una larga pausa y prosiguió-: Va a tener que ganarse las cosas dentro de muy poco, pero a los pasos que va no sé si va a conseguir algo...-miro a su madre y susurro-: Tú lo comprobaste la otra vez cuando salió con la rubia esa, hija del señor Mafia, casi nos cae todo ese clan acá.

-Sí, pero, es tu hermano. No tendrías que hablar así.

-Ya se, mamá. Pero... ya sé que tengo la culpa de decir la verdad siempre, pero, páralo un poco a tu hijo-murmuro histéricamente-, un día, vas a ver que viene con una zorra, que se le va a tirar encima, se va a embarazar y vamos a estar con el Jesús en la boca, preguntándonos si es o no es hijo de Gian. Y sabes que es verdad ¿Me equivoco o no me equivoco?

-Lorenza, tenes razón. Pero, deja de decir la verdad y trazar un futuro que puede desencadenar de lo peor en nuestras cabezas.

-Deja de decirme Lorenza-mascullo ella y prosiguió-: Decime Fiama.

-Bueno está bien. ¿Podrías lavar las ollas esas que quedaron de anoche?

-Si, mami. Siempre.

Dicho esto hizo lo que su madre le pedía. Mientras, pensaba en lo dicho.

Un mes medio después, paso rápidamente, ya faltaba solo un día para el show y los nervios crecían, junto a la emoción y la ansiedad. Fiama le pregunto a su tía si le gustaría acompañarla al show, esta acepto encantada. Aunque, Mercedes era la hermana de Francesca, siempre la odio por haber conseguido mejor familia, mejor vida y tener una carrera de añares; sin embargo, lo que más rabia le da a Mercedes, es ver a sus sobrinos mimar siempre a su madre, mientras que ella de su hijo no recibe ni un solo piropo, abrazo o beso. Lo peor de todo es, que, cuando Mercedes tenía dieciséis años estuvo de novia con Leonardo, el padre de Fiama y esposo de Francesca; pero, Leonardo al conocer a Francesca quedo fascinado con su belleza y comenzó a amarla y adorarla como si fuera una maravilla de la naturaleza. Esa actitud molesto demasiado a Mercedes y esta desde ese entonces odia a su hermana, a sus sobrinos y a su gran amor.

Llego el día del show y la joven ya estaba nerviosa. Salieron rumbo al show junto con Gian, que se ofreció a llevarlas las llevo en su coche.

-¿Estas contenta por ver a ese cantante de cuarta?-pregunto burlonamente Gian.

-¿Cantante de cuarta? ¿Qué? Es el mejor cantante, el rey de la bachata, género musical que me encanta, aparte del reggaetón, para que sepas.

El silencio retorno y una vez llegaron, Fiama y Gian se retro con la mirada y se despidieron de mala manera. Entraron al estadio, en minutos el alboroto arraso y media hora después el show comenzó.