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Abrí ampliamente la puerta, para que EL siguiera dejándose ver en lo total. Lo observé de arriba a abajo disimuladamente.

-Alisson te presento a James- dice Sarah, el se quedó mirando fijamente mis ojos.

-Hola-dije cortante y sin interés.

-Hola Alisson, un placer conocerte- como podía actuar tan normal, que insolente.

-Igual- lo observe detenidamente, pero sarah interrumpió.

-Bueno ya que se conocen, el es quien vivirá en tu departamento, así que dejó que hablen unos momentos ya que tengo una urgente reunión de la empresa- dijo y luego se marchó con una mueca de felicidad.

El siguió, tomo asiento al igual que yo, el no articulo ninguna palabra, y menos yo, así nos quedamos por varios minutos hasta que el corto el silencio.

-No me quedare mucho tiempo si es eso lo que te preocupa.- dijo con un semblante serio.

-No me preocupa nada en absoluto. ¿Cuando te pasarás? - Dije y no porque me interesará, si no porque entre más demorado fuera mejor.

-Hoy.

-Tendré todo listo para tu llegada.

Y así sin más salí de la oficina y baje el ascensor. Le dije a cristy que le dijera a mi madrina que había ido ha hacer unas vueltas. Luego me dirigí a mi auto y una moto estaba bloqueando este, y adivinen de quien era la moto? Si de el. Sin pensarlo la tomé con mis manos y hale hacía atrás, no inmutó ningún movimiento, intenté otra vez y tampoco funcionó. De pronto dos manos se posicionaron encima de las mías, un tibio calor detrás de mi y un susurro me hizo estremecer.

-Que poca fuerza tienes.

No articule palabra alguna por la posición en la que estábamos, me sentía nerviosa, mis mejillas se tornaron de un rojo rápidamente, apretó suavemente mis manos y halo hacía atrás para correr la moto, y si a él si le funcionó.

Camine rápidamente a mi auto sin dejar que viera mi rostro y notará que estaba nerviosa, Subí al asiento del conductor y me fui rumbo al departamento. Al llegar saludé al portero.

-Hola Paulo.

-Hola señorita Alisson.

Seguí al ascensor y presione el botón del 5¤ piso, esperé mientras subí y revisaba mis mensajes de WhatsApp. Uno me llamó la atención.

+57 3208765290

¿Me pasas la dirección?

Entre a ver el perfil de este y era una foto de esos ojos azules como el mar oscuro que irradian secretos ocultos. Esos ojos eran penetrantes. Esos ojos eran de él.

Rápidamente escribí la dirección del apartamento indicándole correctamente. Salgo del ascensor dirigiéndome a la puerta 5B insertando la llave en la ranura. Al abrir la puerta el frío azota haciéndome entrar con mayor rapidez llegando al lugar en el que alguna vez fui tan feliz, al lugar lleno de tantas cosas pero totalmente vacío para mí. Tomó rápidamente el teléfono marcando el número de Abigail.

-Cariño dime- contesta ella un poco preocupada.

-Abi necesito que vengas es urgente.

-Iré para allá.

Colgué el teléfono. Me adentro en mi habitación después de la llamada de Abigail. Ella es una gran mujer de 45 años de edad, su cabello cenizo demuestra la experiencia de una vida llena de tropiezos, pero su alma es tan buena, ella me ha ayudado a hacer de mi vida un poco más amena, tiene una hermosa familia de dos hijos y una hija, trabaja aquí en el edificio y se da a querer por todos los que la conocen, es la encargada del aseo del 5¤ piso.

Pasan unos minutos. El timbre resuena por todo el apartamento sacandome de mis pensamientos.
-Un momento.- me dirigí a la puerta y abrí fácilmente, era ella.

-Abi gracias por venir.

Le conté a Abi todo lo de James, ella arreglo una habitación para él, acomodo cada cosa en su lugar, al terminar el aseo se fue ya que su hijo menor de 13 años esta enfermo y necesitaba ir a cuidarlo.

Fui a la cocina tenía mucha hambre así que saqué los ingredientes para unos ricos crepes rusos. Haces unos momentos llamó Paulo por el silofono para autorizar la entrada a un chico llamado James, podría haber dicho que no, pero bueno hice un compromiso con mi madrina.

Salí a la puerta a recibir a James y justo iba saliendo del ascensor, No se pero me puse un poco nerviosa detrás de el venían unos señores con unas cajas y el con sus maletines. Los hice seguir para que acomodaran las cajas. Después de varios minutos se fueron aquellos señores dejándonos a los dos solos en casa. O por lo menos eso creía yo, hasta qué vi algo y definitivamente no estábamos sólo los dos.

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Foto de sus ojos en multimedia

Enamorados por Error.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora