La luz muerta de sus ojos

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Esteban era un joven de 24 años, bajo para su edad, era una persona completamente triste y abrumado, ya que durante su adolescencia nunca obtuvo el apoyo de nadie, Su mente estaba atrofiada con pensamientos de insuficiencia.
Acababa de terminar su carrera en derecho graduado con mención honorífica, ya que se la pasaba estudiando entre sus tiempos libres, pues nunca nadie lo invitaba a hacer nada, él estaba solo, tratando de seguir adelante pero sin tanto  entusiasmo.

El día de su graduación fue al cementerio, donde yacían las tumbas de sus padres, víctimas de un terrible asesinato cuando Esteban apenas tenias 13 años de edad, a la muerte de sus padres vivió con su abuela que unos cuantos años después habría de fallecer por causas naturales. No sin antes decir a Esteban el verdadero precio de un broche que le había regalado su abuelo cuando eran jóvenes, era dinero suficiente para muchos años, e incluso poder pagar su carrera. Desde ese día, Esteban no volvió a ser el mismo, estaba siempre triste, cabizbajo, no hablaba con nadie, no le quedaban más familiares que unos tíos al otro lado del mundo, con quienes nunca había hablado en toda su vida hasta el día que les tuvo que llamar por teléfono para anunciar la muerte de su abuela.

Han pasado años desde esos tristes sucesos y Esteban no ha logrado superar esta etapa tan traumática de su vida, ha ido a ver a distintos psicólogos y todos le dicen que es un sociopata. El esta arto de estar considerado un loco, ha tomado una decisión, tomara su corbata nueva, su único regalo de graduación por parte de su universidad, subirá a una silla, anudara un lado de la corbata a su cuello, con varios nudos para que no se pueda deshacer, y la otra punta la atará a la viga  del cuarto que ha conseguido rentar. Pero ha recordado algo, no puede dejar asuntos pendientes, baja corriendo de la silla donde ya estaba dispuesto a completar su ultimo plan, da pasos finos y sin producir ruido saca un baúl de debajo de su cama, saca una llave de su bolsillo y con un movimiento brusco abre el candado ya oxidado, saca una daga con sangre vieja y sin limpiar, la toma y la abraza como si fuera un bebé. Corre con la daga en la mano, hasta toparse con su escritorio, toma una hoja y un lápiz, escribe 7 palabras con una fluidez exorbitante, como si desde siempre hubiera sabido que pondría en  aquella hoja de papel. Sobre el escritorio deja la hoja y sobre esta, la daga, sale despedido como bala hacia la silla que se encuentra debajo de la viga, anuda lentamente la corbata a su cuello y luego a la viga, voltea y mira por ultima vez la daga, patea la silla y queda colgando como un muñeco de trapo, se deja besar por los dulces labios de la muerte, suspira y sabe que no lo volverá a hacer.

Un par de días después, el dueño de los departamentos busca a Esteban para que le pagase la renta, al no tener respuesta en su departamento decide hablarle al celular, y al oír el timbre telefónico dentro del departamento decide entrar en busca del deudor. Al mirar el cuerpo sin vida y con moscas al rededor, el pobre hombre se queda paralizado durante un momento, tiene una cara de miedo absoluto, como si el alma se le hubiese escapado por la mirada, horrorizado por la escena ahí presente sale corriendo a llamar a la policia.
Cuando la policía examina el departamento se dan cuenta de la presencia de la daga y la nota, la toman con guantes y empiezan a leer la nota:
Yo se las arrebate a mis padres...

Perseguido por su propia sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora