-¿Y bien, por que me traes a un lugar así?
-Te quería para mi solo –contestó seductor.
_____ se concentró en la comida, que estaba deliciosa, ambos comieron al principio en silencio, y después charlaron sobre temas sin importancia.
-Estaba muy bueno –dijo ella.
Él se levantó de su silla, y se colocó delante de ella.
-¿Bailas? –preguntó extendiéndole una mano. Sonriente ella aceptó su mano y él la sacó a bailar, en medio de la nada.
Pegados, cuerpo con cuerpo se movieron al compás de la música, un compás lento y suave, sus cuerpos se balanceaban con sensualidad, rozándose. Abrazados, bailaron un largo rato, las manos de _____ jugaban con el sedoso pelo de Kai, y las manos de él la apretaban contra su cuerpo.
_____ reposó su rostro en el pecho de Kai, y él hundió su cara en el cabello de ella, para bajar hacía el cuello, donde paseó los labios de arriba hacía abajo, haciendo que el cuerpo de la muchacha se estremeciera.
_____ alzó la cabeza, y clavó sus ojos en los de Kai, poco a poco él se inclinó hacía ella, y rozó sus labios contra los de _____, sus alientos acariciándose. Sus bocas se fundieron en un beso suave y tierno, que poco a poco fue intensificándose. Sus lenguas juguetonas se encontraron, entrelazándose. Las manos inquietas, jugaban sobre el cuerpo del contrario.
El tiempo se detuvo, no había nada más que ellos dos, y las sensaciones que los invadían.
-Mmm...
-¿Qué pasa? –preguntó Kai en un susurro ronco, mientras le acariciaba los labios con los suyos. Dios, se estaba tan bien así.
-Nada... -contestó ella- me gusta esta tregua.
-Bien, a mi también –estuvo de acuerdo él mientras la besaba de nuevo.
El tiempo pasó volando. Era gracioso, cuando estaban separados luchaban contra el reloj, suplicando que la aguja fuera más rápido, y sin embargo en ese momento darían lo que fuese por hacer que se detuviera.
Estuvieron bailando mucho tiempo, sin rumbo, tan solo se movían a la vez que se besaban y acariciaban, simples caricias cargadas de significado.
-Creo que... es muy tarde –susurró Kai, será mejor que te lleve a casa.
-No, a mi casa no –contestó ella sin pensarlo.
-¿Qué?
-¿No me vas a invitar a tomar un café, o una copa...?
-Claro que si.
Kai se aferró a la cintura de _____, y la abrazó con sus brazos. Caminaron dando tumbos por la calle, riéndose de nada. La risa era contagiosa, y cuando se reía uno se reía el otro.
-¿De que nos reímos? –preguntó _____.
-Tú te ríes porque me tropecé.
-Ya eso si –dijo riendo de nuevo al recordarlo- ¿y tú, de que te ríes?
-No lo se –contestó entre risas, Kai.
Poco después ambos subían en el ascensor. _____ apoyada en su pecho cerró los ojos y dejó su mente volar.
Lo iba a hacer, iba a terminar de disfrutar la noche.
Se despegó de él cuando salieron del ascensor y caminó dando saltitos hasta la puerta de Kai, donde se apoyó dejando sitio para que pudiera meter la llave.
Cuando él se puso delante de la puerta, y fue a insertar la llave, ella rodeó el cuello de Kai con sus brazos, y le besó el cuello.
-_____... -la advirtió él ronco.
-Mmm... ¿Qué? –la lengua de la chica lamió el cuello de Kai, haciendo que se estremeciera, su entrepierna sufrió un tirón.
-Como sigas así, no habrá copa, ni café...
-Prefiero tus labios –susurró ella.
-Mira que cursi nos salió –se burló él, encantado con la declaración.
-Solo por hoy...
-Ya veremos.
Kai abrió la puerta, y se adentró en la casa, cargando a _____ en sus brazos, sus bocas se devoraban con pasión y desenfreno, a tientas, a ciegas, se dirigió a su habitación, y cayó boca arriba con _____ encima suyo.
Sus manos inquietas acariciaron las piernas de _____, subiendo por todo el muslo hasta acariciarle el trasero, masajeándolo, un gemido escapó de entre los labios de _____ mientras lo besaba con desesperación.
-Creo que hemos bebido un poco de más –dijo él.
-No –susurró ella, mientras él subía las manos por su espalda, levantando el vestido todo lo que podía.
De repente se detuvo. No, tan rápido no, y además, quería mandar. Ella iba a llevar el control.
-Shh –siseó cuando Kai abrió la boca para protestar.
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Jugando con fuego Kai y Tú (Terminada)
FanficSINOPSIS Cuando Kim Jong In abrió la puerta no pudo evitar fijarse en los increíbles ojos, la sensual boca, y el maravilloso cuerpo de su visitante. Tampoco pudo evitar ver... ¡que estaba loca! Su nueva vecina, una excitante castaña, lo acusaba de d...