Jueves.

LUNES

Ella en el momento en que lo vio sintió una extraña conexión ¿Extraño? Si, él era un completo extraño para ella, pero aún así le gustaba, le gustaba verlo todos los días en las vías del tren.

Nunca han hablado, ni siquiera un "Hola". Conoce su voz por las veces que él ha hablado con alguien, nunca con ella. Sólo compartían unas pequeñas miradas que bastaban para alegrarle el día ha ambos.

En una parte de la ciudad en casa de Ana.

Ana acababa de levantarse, había tenido un buen sueño—Aquél sueño es lejano a la realidad—Suspiró para si misma. Había soñado con aquél chico de ojos color chocolate y cabello igual que ellos, ese chico alto con él que tenían una reunión de miradas.

Se dio un baño rápido, puesto que en tan sólo una hora se iría a la universidad, lo único bueno del día Lunes era que lo miraría a él. Se puso su falda más linda, su blusa más linda, y sus zapatos más lindos. Se arreglaba especialmente para él.

Cuándo por fín término fue ha las vías del tren en la ciudad de Madrid.—Por fín lo miraría después de un fín de semana de abstinencia.

Llegando, cómo siempre se adentró y se fue justo en dónde siempre. Él ya estaba ahí, rápidamente en cuánto ella vio aquél chico su corazón empezó a latir más rápido de lo normal, su estómago se revolvió, y una gran sonrisa se formó en su rostro. Se sentó enfrente de él, ambos se miraron por unos segundos.—Qué chico, nunca se fijaria en mi.—Pensó.—Sacó su diario y comenzó a escribir.

Lunes.

Estamos reunidos en el mismo lugar, duele saber que jamás seremos siquiera amigos.

Si fuera más guapa, y un poco más lista, si fuera especial si fuera de revista, tendría el valor de cruzar el vagón y preguntarte ¿Quién eres?.

Álex, Ese era el nombre de aquél chico de las vías del tren, él siempre rechazaba el directo aunque tardará más en llegar ha su trabajó. Sólo para mirarla ha ella. Esa desconocida que hacía que su corazón explotará.

Al otro lado de la ciudad en la casa de Álex.

Él se encontraba desayunando, bastaba solamente una hora para ver a la chica de cabello rubio oscuro, se sentía de una manera estúpido ¿Cómo podía enamorarse de alguien con la cuál nunca a hablado? Ahora tenía mucho sentido para él aquélla frase "Los ojos son la ventana del amor".—Lo único bueno del día Lunes, es que la miraría.—Suspiró.

Al llegar a las vías del tren, se adentró a el. Aún no llegaba, estaba desesperado por que ella llegará, a cada minuto miraba su reloj ¿Y si no llega hoy? sería un desastre para él, su alivió llego cuándo aquélla chica entro, sus ojos se encontraron por unos segundos, pero luego ella sonrojada aparto la vista para sentarse justo enfrente de él.—Es tan hermosa, seguro tiene novio.—Pensó.

Ana sacó un pequeño cuaderno y empezó a escribir cómo todos los días. A Álex le encantaría saber lo que escribe, siempre la miraba cuándo ella lo hacía, era el momento en el cuál ella no se daría cuenta de la mirada acosadora por parte de él.