Un día normal donde las provisiones en la Mansión Phantomhive se terminaron, Sebastian (quien era el mayordomo principal del hombre –niño− de la casa), decidió que sería buena idea llevar a su señor de paseo al supermercado.
¿Qué mejor supermercado para asistir que Walmart, cuyas ofertas eran buenas a la vista de los ojos del mayordomo y los precios hasta el suelo? Además, había descuento en la dulcería.
Fue difícil sacar a Ciel de la cama, contando el hecho de que dormía a eso de las cuatro de la tarde una ligera siesta. Lo bañó, lo cambió y junto con Tanaka le dijeron al chófer de la limo que los llevara al Walmart más cercano.
Al llegar, lo primero que hicieron fue tomar un carrito y bromeando, Sebastian le dijo a Ciel:
—¿Debería ponerle en la zona de bebés por seguridad, Bocchan?
A lo que Ciel, quien estaba muy enojado y miraba en la sección de verduras unas naranjas, tomó una y la exprimió en frente de los ojos del demonio que aterrado, tembló y vio como el jugo salió de la fruta. Después, con una sonrisa sarcástica en la cara del niño, éste le contestó:
—¿Debería tomar tú cabeza, exprimirla como este mango y después comérmela?
—Eso, mi señor, es una naranja... Y sería canibalismo.
—...Ya sabía.
Decidieron dejar esa conversación y siguieron su camino hacia el pasillo de las frutas. Tardaron un buen rato tomando los víveres de la lista que Bard le había hecho a Sebastian.
Un rato después, se detuvieron en el pasillo de los juguetes cuando Ciel vio un trampolín muy grande. Mágicamente le brillaron los ojos.
—Sebastian, ¿me comprarías ese trampolín?
—¿Para qué lo quiere? No lo necesita, Bocchan.
—Por favor, Sebassss... Es un trampolín genial —e hizo una mueca—. Quiero uno en el patio de la mansión.
—Un no es un no.
Enojado por no tener su trampolín, Ciel decidió rodar los ojos y volvieron a rondar por el supermercado.
Increíblemente llegaron a una sección no esperada para Ciel: lencería para señoritas. Durante algunos segundos en recorrer dicha sección, los ojos de Ciel captaron un extraño bikini de dos piezas color rosa con pequeños adornos en las orillas. Se le ocurrió una idea excelente, y con una muy sutil sonrisa se acercó a Sebastian mientras este empujaba el carrito.
—Hey, Sebastian...
—¿Sí, mi señor?
—¿Quieres jugar?
Por obviedad, Sebastian lo miró a los ojos con algo de miedo y bastante confusión, pues sabía que si a su amo se le ocurría alguna idea alocada, prácticamente no le diría tan fácil.
Se aclaró la garganta y se acomodó la bufanda color negra que se estaba aflojando en su cuello.
‹‹Si él me pregunta una cosa así es muy probable de que haya malas noticias para mí›› pensó Sebastian.
Dejó salir una pequeña risa y con su total carisma, se peinó el cabello y le murmuró:
—Bocchan, no podemos jugar. Tenemos una lista de cosas que comprar y me gustaría llegar a la mansión en una pieza, ahora súbase al carrito o lo dejo.
Estaba a punto de tomar el carrito de titanio y empujarlo cuando Ciel se rio, burlándose de él.
—Oh, vaya, Sebastian... —le dijo mientras pretendía limarse las uñas— parece que tenemos a un gallina rondando por aquí, ¿escuchas eso? —y con sus brazos a los costados de sus axilas comenzó a cacarear— las gallinas hacen ‹‹PACK PACK PACK›› ¿qué es lo que está en frente de mí? Oh sí, el hombre gallina.
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Stupidshitsuji | Kuroshitsuji
FanfictionSerie de relatos cuyas historias entornan a las estupideces que Ciel Phantomhive hace o deshace en compañía de su mayordomo Sebastian Michaelis. Vamos, el arrogante conde también tiene su lado divertido. OBRA TERMINADA. [DRABBLES/ONE SHO...