Capítulo 6

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Octubre, Siglo XX

¡Sergi atrapame! -Sergi corrió tras Cecil y ambos cayeron al verde pasto -Cada vez que me besa es una nueva experiencia para mi. -Pensó Cecil.

-Vuestra merced no debería de estar en una situación así, si nos encontrarán estaríamos en serios problemas -Dijo Sergi con una sonrisa maliciosa.

-Mi señor, no diga esas cosas, solo beseme.

-Ni el crepúsculo puede asemejarse a su belleza, ni el canto de los pájaros cuando anuncian la primavera, ni el olor de las rosas, ni la miel es tan dulce como el sabor de tus labios amada mía.

Ambos se fundieron en un beso pasional, el frenesí era indescriptible, la emoción de ser encontrados y el deseo de tomarse en ese mismo lugar, pero no poder hacerlo los excitaba más.

-Solo un blanco tulipán podría describir tu perfección.

-Sergi, Te amo.

-Te amo no puede alcanzar en lo que siento por ti Cecil.

De un solo golpe Cecil abrió los ojos y pudo ver el rostro asustado de un joven con cabello castaño y ojos verdes.

-¿Qué... que paso?

-Dímelo tu a mi Vanderwall, te desvaneciste y caíste al suelo desmayada, casi llamó a urgencias. ¿Quieres que llame a alguien? Creo que estabas teniendo una pesadilla.

-¿Pesadilla? -Cecil entonces pudo darse cuenta que inconcientemente había brotado lágrimas de sus ojos y en ese mismo instante trato de recobrar la compostura, pasos sus manos por su cuerpo y vio a Lawrence de manera recriminativa. -¿Te aprovechaste de mi?

-¡Por Dios mujer! ¿Estas loca? No podría hacer tal cosa. Creo que mejor me iré. No estás en condiciones de hacer nada ahora mismo.

-¡No! No te vayas, ya me siento mucho mejor, además te invite a mi casa, esto es algo que no hago nunca, así que quédate, seguro fue el alcohol que me hizo desvanecerme.

Lawrence la miro con duda pero pensó que tal vez era mejor quedarse un rato mas por si ella se sentía mal de nuevo.

-Esta bien. No se que pasa conmigo, siento que estoy a la merced de lo que ella disponga -Pensó Lawrence.

-Bueno, este es mi apartamento, ya lo conoces después de mi desmayo, esa puerta blanca de ahí es el baño por si necesitas ir, el es mi gato Furī, mi fiel compañía.

Lawrence tomo a Furī en sus brazos y este se dejó acariciar.

-¡Qué extraño! -Exclamó Cecil.

-¿Qué pasa?

-Bueno, normalmente a Furī no le gusta que lo carguen, mucho menos una persona desconocida.

-Debe ser porque soy una persona agradable, todos lo saben, hasta tu gato, menos tu señorita millones.

-¡¿Señorita millones?! -Grito Cecil.

-A ti te gusta ser despectiva conmigo, yo solo te sigo el juego. Lawrence sonrió de manera burlesca.

-Eres un maleante -Dijo Cecil queriendo parecer molesta pero a la misma vez invitando a Lawrence a seguir el juego. -¡Aquí está! Nuestra amiga de hoy señor constructor. -Cecil puso una botella de whisky sobre la mesa. Lawrence abrió los ojos como platos por el asombro.

-¡Es un Tullamore Dew! ¡Una edición limitada del siglo XIX!

-¡Vaya! Sabes mucho de whiskys Lawrence.

-Es claro, recuerda que trabajo de mesero.

-¡Tienes razón mesero-constructor! -Dijo Cecil entre risas.

Líneas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora