Huevos a la Petrov

14 1 0
                                    

El amanecer se tardó más tiempo en llegar de lo que creí. El fósforo quemado ocupada toda mi mente impidiéndome conciliar el sueño. Todos mis pensamientos y preocupaciones se centraban en mi hermana . Prometí cuidarla hasta que mi corazón deje de latir ¿Como podía controlar a una chica adolescente que tiene ganas de aventura y con las hormonas revoloteando por todo su cuerpo? Cuando yo tenía la edad de Cassandra tenía una niña de siete años que cuidar y alimentar. Nunca fui adolescente. La vida no me lo permitió.

-Veo que otra vez el insomnio te ataca hermano. Te prepararé café y mis famosos huevos a la Petrov. - me dijo mi hermana. Con su pijama de estrellas y sus pantuflas de rana parecía una niña de diez años. Tengo que protegerla. No sé como pero lo haré.

Los famosos huevos a la Petrov es una combinación extraña de papas picadas, cebolla, chile verde y prácticamente lo que hay en refrigerador. Todo esto se mezcla con huevo hasta forma una gruesa tortilla. Suena extraño pero en verdad sabe delicioso.

Estábamos desayunando en la barra de la cocina, cuando sentí la mirada de Cassandra.

-¿Que tanto me ves?

- Tienes un aspecto que da miedo. Ojeras, pálido y despeinado. Te pareces a Robert Smith pero muerto.

- Vete al demonio. Tu pareces una espía darketa con esa ropa negra y botas altas. Vas a la escuela, no a un table dance.

- Así me gusta Santi. Estabas muy callado. Prefiero que hables y digas tonterías , a que tengas esa cara de funeral. Por cierto, ayer ya ni te conté quien me dio el sobre negro. - me dijo mientras alzaba la ceja de modo inquisidor.

Sentí como el desayuno se me iba a la garganta. Controlé las nauseas y bajé el tenedor de mi boca. Contesté de la manera más tranquila posible.

-Pensaba que lo había traído el correo.

-Fue algo realmente extraño. Estaba en el parque con Emily y de repente se acercó una chica, bastante mona por cierto, y se me quedo viendo como si yo fuera alguien de su familia o no sé. Empezó a llorar y me abrazó. No pude quitármela de encima porque me dio tristeza, se ve que la vida le ha dado patadas en el trasero. Esperé a que se calmara y dijo algo que no entendí. Me dijo que escapara del fuego antes de que me quemara. Después se echó a correr. Tuve que acompañar a Emily a su casa porque le dio miedo que la mujer se apareciera de nuevo. Menuda tontería. Saliendo de la casa de Emily una moto bloqueó mi camino y me aventó el sobre directamente en la cara ¿Puedes creerlo? Preany con trabajo encuentras bicicletas , mucho menos una moto.

Traté en vano de escuchar sin alterarme la historia de Cassie. Me levanté de la mesa inmediatamente después de que dejó de hablar. La mujer con quien se encontró mi hermana era Andrea, no tenía la menor duda.

Tengo tantas ideas en la mente, que no sabía cómo ordenarlas. En primer lugar, tengo que cuidar a mi hermana y para eso necesitaba encontrar un lugar donde esté completamente a salvo. En segundo lugar, tengo que buscar a Andrea Cassini para hacerle otra larga entrevista. En tercer lugar, buscaré a Martín Mendoza aunque sea lo último que haga.

- Escúchame muy bien hermana, no te lo voy a repetir dos veces. Desde ahora en adelante tendrás un guardaespaldas. Thomas va a pasar por ti cada vez que salgas de la escuela y va a acompañarte a donque quiera que vayas. No quiero escuchar quejas ¿Escuchaste?

- ¡NO PUEDES HACERME ESTO! soy tu hermana, no tu hija.- a continuación Cassie arrojó a la pared la taza de café que tenía en la mano. Lágrimas de rabia empezaron a caer en su mejilla.- yo sé cuidarme sola. No necesito de tus estúpidos cuidados. Tengo dieciocho y si quiero puedo irme de tu estúpida casa.
- ¡Eres mi única familia! Y si necesito quemar el mundo para verte a salvo, lo haré. Eres mi hermana pequeña y te cuidare aunque pierda mi vida en el trayecto. Yo... Yo no sé qué haría sin ti Cassandra. Prometí cuidarte.
-¿A quién? ¿A nuestros padres? Ellos nos abandonaron. Nos dejaron en el puto orfanato. Si no fuera porque conseguiste trabajo en la comisaría, estaríamos perdidos o muertos.
-Solo será por un tiempo, hasta que solucione un problema. Después te pagaré esas clases de batería que tanto quieres ¿De acuerdo?

Cassie secó sus lágrimas con las mangas de su pijama y supe que había ganado cuando sonrió. 

- Me comprarás una batería nueva. Y me dejarás tatuarme.
- Acepto lo de la batería. Pero lo del tatuaje ni lo sueñes. Al menos que sea uno hecho con tinta de agua.
- Igual no te pediré permiso. Yo también te quiero Santiago. Mi hermano amargado.- dicho esto me besó en la mejilla mientras me abrazaba.- No vuelvas a decir que quemaras el mundo. Tu voz se escuchó igual que cuando Martín Mendoza estaba en el bosque.



Danzando entre las LlamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora