He vivido amores y desamores, dulzuras y amarguras, cielos e infiernos, ésta es una historia de amor y odio, en donde del odio al amor hay un paso y del amor al odio medio.
El amor es un cúmulo de emociones que te hacen sentir lleno de vida pero que en un instante te puede llevar a un kilómetro bajo tierra, haciéndote sentir, débil, impotente, insegura y dependiente.
Es horrible, pero somos masoquistas y siempre luchamos por tenerlo, cuando lo que deberíamos hacer es huir de éste para que no te atrape en sus caprichosas y dulcemente destructivas manos.
Esto ocurre así, andas sin rumbo fijo o tal vez con una meta clara en la vida, conoces a una persona que a decir verdad al principio no te causa tanta emoción, pero la vas conociendo poco a poco, descubres que tienen varias cosas en común pero también tienen sus opuestos y eso hace que se atraigan más de una manera casi inexplicable, sientes gran cantidad de afecto hacia esta persona y de repente sin saber bien en que momento te encuentras enamorado, si, si, ya sabemos que es hermoso con todas esas "mariposas" y la felicidad constante, pero no todo es perfecto...
Llega un momento en el que ya no sientes el mismo amor por esa persona, tu cerebro ya no libera la misma cantidad de dopamina que al principio, a veces se produce por grandes decepciones o simplemente la relación se vuelve monótona y todo parece más una rutina que una relación amorosa, entonces el cerebro busca algo más que vuelva a hacer sentir así nuestro cuerpo, acabando con esa relación y recibiendo a una nueva persona en nuestra vida.