Una carta para...

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Para: Daniel

Cuando la lujuria y el pecado tocan a la puerta pueden llevarse hasta al ser más inocente.

¿De qué vale la inocencia en un mundo lleno de fieras que no saben valorarla?

¿De qué vale un alma pura en un mundo en donde se respira impureza?

¿De qué vale el perdón en un mundo donde se comete una y otra vez el mismo error?

¿De qué vale ser bueno en un mundo donde el infierno es nuestro diario vivir?

¿Por qué no simplemente buscar venganza, hacerle pagar a esa persona que te ha hecho tanto daño?

Adelante, búscalo, cítalo en ese lugar... ambos sabemos que le encantará. Haz que pase una de sus mejores noches. Dile palabras bonitas, ambos sabemos que le gustaran, se derrite con ellas. Dile al oído eso que una vez te mencionó. Crea una telaraña y envuélvelo poco a poco, ambos sabemos que caerá. Se provocativo, se ambicioso, muéstrale que lo tendrás en un pedestal.

Tú y yo sabemos que te has guardado esto por mucho tiempo y ya es hora de sacarlo. Dile adiós a las consideraciones. Trátalo de maravilla y consigue que te invite a pasar la noche en su casa, ambos sabemos que esa es su especialidad.

Cuando estés ahí hazlo sentir cosas que jamás sentirá. RECUERDA... se atento, no debe sospechar nada. Será fácil llevarlo a su cama, déjate llevar, fluye. Yo sé que te costará mucho trabajo pero solo queremos que se duerma. Haz que llegue al cielo, que vea a Dios si es necesario, pero envuélvelo.

Cuando esté dormido dale un beso en la frente y acaricia su mejilla como si en realidad lo quisieras. Sal de la cama y dirígete hacia la cocina, ve a las gavetas, ábrelas y selecciona el que más te guste. Dirígete nuevamente a su cuarto, párate frente a él y obsérvalo, piensa que el mundo será mejor sin él. Acércate poco a poco, disfrútalo, siéntate en la cama y despiértalo con caricias, susurrando su nombre. Cuando abra los ojos cita lo que mencioné al principio de esta carta.

Muéstrale lo que tienes en las manos, pero no le des tiempo a reaccionar. Cuando ya lo haya hecho será demasiado tarde para comprender lo que ocurre, pues su corazón habrás atravesado. ¿Eso puede ser posible? Ya me dejarás saber. Siente su sangre, disfruta el momento, pues cuando él muera todo habrá acabado. Todo será igual que antes, él dejará de existir y todo gracias a ti.

Hasta la próxima,

Fran Duarte

P. D. No lo olvides: soy un reflejo de tu vida.

Estrellas EnsangrentadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora