Entrando al juego

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Isa,

De todas las palabras recibidas creo que las tuyas son más acertadas. Yo también me sentí en las estrellas y más allá de lo científico comprobé que tienen suelo firme. No sientas vergüenza al expresar tus acciones, al final, somos responsables de ellas, para bien o para mal.

Mi día fue iluminado precisamente por una estrella. La inocencia se presentó nuevamente en mi vida. No puedo quejarme, yo le abrí la puerta para que no fuera sombra del sol. Podría jurar que alguna Diosa encargada de la Fortuna debe estar riéndose de mi situación en este momento. Las emociones me abrazan sin yo quererlo, tienen potestad en mi vida. ¿Qué ocurre cuando podemos traer a este mundo un sueño o alguna ilusión? Muchos anhelan tener esa dicha, pero que tu boca pida y Ellos dispongan, puede ser igual de traicionero que aquel cuento de los dos hermanos que se encontraron con una casa de caramelo.

¿A qué me refiero?

Hace varios años el mensajero de una de las Diosas encargada de la vida se presentó a mi vida para entregarme una invitación. Un encuentro entre Ella y yo. Solo Ella, solo yo. Imagina la emoción que sentí. No obstante, nunca se presentó. Dejó que una de sus hermanas directa, fuera la responsable de darme la noticia. Debieron haber gozado tal acto de crueldad.

En otra ocasión les supliqué por un reencuentro con alguien del pasado y no será de sorpresa para ti que me concedieron lo que pedí, pero todo bajo sus caprichos. Llegó la noche y en un viaje al pasado me embarqué, poco más de dos horas me regalaron para satisfacer largas noches de ansiedad.

Hoy mostraron su presencia y en algún juego me han involucrado, pues lo que un día fue mi pasado hoy se convierte en mi presente. Una lección aprendí: no importa cuántas veces adornes tus manos de sangre, si en sus deseos se encuentra, la fuente de la vida le otorgarán para recordarte que dependes de su merced.

No sientas pena. Actúa y si tienes que volverlo a hacer, hazlo. Disfrútalo y nunca te arrepientas, si lo haces, ellos se habrán anotado una Victoria. Una de las Diosas más traicioneras, por no decir que la más. Una no vidente que se deja guiar por su hermana, mujer que sus ojos cubre para guiarla por el buen camino.

No me escribas nuevamente si en tus palabras denotas arrepentimiento.

- Fran


Estrellas EnsangrentadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora