La chica del pelo azúl y el corazón negro.

Èl

Actuaban en un garito de mala muerte la primera vez que la vio... No es que fuera su tipo, ni de mucho menos, pero era imposible no fijarse en ella, en ese pelo azúl y ese gesto de superioridad.

No les faltaban actuaciones, habian grabado varios singles pero no acababan de despegar, empezaban a desesperarse.

Y ahora su representante, ese que llevaba meses prometiendoles la fama y solo les conseguía actuaciones de mierda, les asaltaba nada más bajar del escenario insistiendoles en que debían conocer a alguien.

Y ese alguien no era otra que la chica del pelo azúl:

-Una fan?- preguntó él con poco interés mirándola de arriba a bajo.

-Buenoooo no te lo tengas tan creído, guapito - rió ella - ni que fuerais los Rolling Stones...

- No estamos de humor para aguantar niñatas.

- Sentaros - su representante les señaló las sillas en las que se dejaron caer agotados y de mala leche - os interesa escucharla, chicos, creo que es hora de darle un giro a vuestra música.

- Y en qué puede ayudarnos la chica pitufo? - replicó Jay, el batería.

- No escribirás tú las letras, verdad genio? - contestó ella, hacia falta mucho más que esos  cinco guaperas para intimidarla.

- En realidad las escribo yo - la interrumpió Èl, al parecer llevaba la voz cantante dentro y fuera del escenario.

- Pues menos mal que eres guapo y tienes buena voz porque escribes unas canciones de mierda.

- Vaya, y tú eres? Un puto genio de la música? Y cómo es que no te conocemos?

- Porque algo me dice que no sois ningunos intelectuales... Pero por suerte para vosotros me apetece probar cosas nuevas.

-Venga ya!- los otros chicos se reían pero él se puso en pie tirando la silla en la que estaba sentado, no iba a aguantar más a esa imbécil y desde luego iban a cambiar de agente.

- Antes de hacerte el digno deberiais escuchar alguna de mis canciones.

- Venga tío - corearon todos entre risas - Qué perdemos?

- El tiempo!

- Claro! Como tenemos que ir a los Gramys!

Estaban todos en contra de él, esa chica de extraño pelo azul, toda vestida de negro les había hecho gracia con su poca vergüenza y su seguridad en sí misma.

Cuando escuchó la primera de sus canciones, cuando leyó sus letras inquietantes, supo que cambiaría su vida y que para bien o para mal su destino estaba unido al de ella.