4. Consejos

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Es curioso cómo das consejos a tus amigos que después no aplicas en tu vida.

Pasa de él, no te merece; si no ha sabido ver lo que vales no merece que te comas la cabeza por lo que pudo ser y no fue; no llores, demuéstrale que vales más que él... Y podría seguir con mil ejemplos más pero lo que quiero deciros es que no hagáis caso de lo que os diga la gente. Escuchad sus consejos porque normalmente te los da gente que te quiere, pero después haz lo que tú creas que tienes que hacer. No porque alguien te diga que no hagas algo vas a quedarte con las ganas, porque si lo haces pierdes una experiencia, algo que contar, que si sale mal aprenderás de ello y entonces no lo volverás a repetir.

Pasar de alguien que te gusta es muy difícil, sobre todo cuando no ves las cosas malas que ha hecho, el daño que te ha provocado, las noches de insomnio recordando esas duras palabras que te dijo o ese mal gesto que tuvo.

Comerse la cabeza es inevitable si alguien te gusta porque solo puedes pensar en esa persona y te guste o no así es como funciona esto. Por más que quieras, cuando alguien te importa no quieres que esa persona esté mal y le das mil vueltas a la cabeza para ver si has hecho algo mal y poder cambiarlo. Algo que la mayoría de veces se habría arreglado con una palabra a tiempo.

Cuando alguien te dice que no llores no le hagas caso. Llorar es la manera que tiene el corazón de decir que algo le ha hecho daño, de decir que está dolido, de decir que se ha hecho un poco más pequeño. También es una muy buena forma de desahogarse. Porque todos necesitamos desahogarnos y no por llorar eres más débil.

En conclusión, haz lo que te diga el corazón pero pidiendo consejo a tu cabeza, escuchando lo que los demás dicen pero sin hacerles demasiado caso y disfruta de la vida.


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