Capítulo 2. La primera hora más larga del mundo

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Los susurros provenientes de kaoru despertó de su profundo razonamiento a Momoko. Pese a la lejanía de cada una de las chicas- ya que estaban colocadas la pelinegra una fila antes de las otras dos, justo pegada a la pared, y diagonalmente entre Akatsutsutmi. Al contrario, la peli-naranja estaba en la última fila. Era la segunda contando por la posición de la verde. Por último, la rubia se encontraba un asiento intermedio con la powerpuff rosa a su derecha.- Podían comunicarse sin problemas.

— Momoko, ¿Peró esos no són los rowdyruff boys? ¿Qué hacen aquí el trío de idiotas? — Dirigió una mirada de repulsión hacía los nombrados, pero sobre todo a su contra parte, Butch.
— Hacía tiempo que no aparecían. Pensaba que habrían desistido de intentar vencernos, sí que són tozudos. — Ahora era el turno de de Miyako para dar su opinión sobre el turbulento puzle. Eso si, son borrar su sonrisa del rostro mientras miraba a Boomer.

— Sí lo supiera no estaría como vosotras. — Se palmeo con frustración la frente. Insconcietmente arrugó un poco la nariz endureciendo la expresión de la cara. Las otras al ver la tétrica actitud de la líder enmudecieron de golpe. Cuando se enfadaba era preferible dejarla sola, a no ser, que acabe pagando la con el pobre infeliz que se topara con ella. En este caso, Brick.

La señorita Keane dió varias palmadas para llamar la atención de sus revoltosos alumnos. Lo consiguió. Estos dejaron de hablar entre ellos y volvieron a prestar atención a la profesora.

— Ahora que estáis todos un poco más tranquilos... Podéis sentaros. — Dijo refiriéndose a los tres chicos que seguían de pie.

Los hermanos se encaminaron cada uno a lo que sería de aquí en adelante sus nuevos asientos. El rubio escogió la mesa vacía en medio de las powerpuff azul y rosa . El mediano el sitio al lado de la agresiva Kaoru y delante de la glotona de dulces. Y por último, Hiro quedó cerca de la líder y en frente a la azabache.
Aunque parecían que habían elegido esos puestos según el primer sitio vacío que estuvieran en su punto de vista, estaban equivocados. Anteriormente, entre ellos se organizaron para quedar como estaban.

Shin dejó la mochila en la mesa y recargo su espalda en el incómodo respaldo de la silla. Ansiosamente giró bruscamente el cuello para estar cara a cara de su desconocida compañera.

— Hola soy Shin, encantado. - El chico sonrió de oreja a oreja con una impecable sonrisa risueña. — ¿Y tú?

— Me llamo Miyako Gotokuji... — Con algo de duda aceptó su mano para estrechar la.

La rubia miraba atónita al de orbes azules. A pesar que siempre fue el más considerado y tranquilo de los tres, ese comportamiento demasiado simpático le desconcertaba.
Sin querer parecer maleducada continuó con el rol de sólo conocidos de clase. Podía ser la más ingenua pero para confiar en ese sujeto de la noche a la mañana, no.

— ¿Sabes? Quiero apuntarme a un club, pero no se muy bien como va las clases extraescolares de este instituto, ¿Podrías enseñármelo? O mejor, ¿Tú estás en uno? Me gustaría estar en el mismo que tú.

Una mirada intensa recayó sobre la pequeña chica. Duró pocos segundos, pero podía estar segura que provenía de Boomer. No estaba segura, ya que no le estaba mirando, pero pese a su alegre sonrisa sospechaba que antes la estaba fulminado con la mirada. No, mejor dicho, analizando la.

— ¿Esa es tu forma de ligar conmigo? Sí es así, he visto mejores. — Alzando una ceja la rubia desafío al chico. Tenía una sonrisa extremadamente falsa, pero esa era su forma de mostrar su enfado. Sin embargo, su voz seguía sonando calmada y con una pica de picardia.

— Y....¿Sí así lo fuera? — Shin apoyó un codo en la mesa y dejó caer su cabeza en el dorso de la mano. En ningún momento despegó sus hermosos ojos azules con los hipnotizantes de ella. Una chica normal ya habría caído rendida en los encantos de ese apuesto muchacho, pero ella le sostenía su mirada como si nada. Miyako, era algo así, como inmune a los encantos ajenos debido a que el suyo era superior.

PPGZ y RRBZ: El comienzo de lo inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora